10.9.25

Una empresa de desocupación amenaza a los últimos afectados por la dana acogidos por la Generalitat... Este lunes 8 de septiembre ha cerrado sus puertas el Centro de Atención Temporal de Emergencia (CATE), situado en Burjassot... En esas instalaciones se ha atendido a las personas que se vieron sin alternativa habitacional tras el paso de la dana... quedaban alrededor de 15 residiendo en el centro... Según denuncian varias de las personas que estaban residiendo en la instalación, el pasado 3 de septiembre recibieron la visita en sus habitaciones del administrador del edificio, un portavoz de la propiedad (la empresa Small Rent), junto a dos trabajadores de una empresa de desocupación. Los afectados han presentado una denuncia en comisaría por amenazas... “Nos dijeron que eran de una empresa de desocupación, que venían a mediar y que querían asegurarse de que nos íbamos a ir, de muy malas formas y delante de mis hijos de apenas dos años”... El precedente es el desalojo de una nave en Aldaia, cuando treintena de personas migrantes, víctimas de la dana, se refugiaron durante meses en una nave abandonada, hasta que sufrieron un violento desalojo por parte de un grupo de desocupación... fueron atacados con gas pimienta y porras, además de sufrir graves agresiones en el proceso de desalojo ilegal (Tomás Muñoz)

 "Este lunes 8 de septiembre ha cerrado sus puertas el Centro de Atención Temporal de Emergencia (CATE), situado en Burjassot, un espacio que fue puesto en marcha por la Conselleria d’Igualtat que dirige la vicepresidenta Susana Camarero y que ha sido gestionado por Cruz Roja en un edificio alquilado de propiedad privada. En esas instalaciones se ha atendido a las personas que se vieron sin alternativa habitacional tras el paso de la dana. Aunque el recurso tiene capacidad para unas 180 personas, quedaban alrededor de 15 residiendo en el centro en el momento de su clausura.

Según denuncian varias de las personas que estaban residiendo en la instalación, el pasado 3 de septiembre recibieron la visita en sus habitaciones del administrador del edificio, un portavoz de la propiedad (la empresa Small Rent), junto a dos trabajadores de una empresa de desocupación. Los afectados han presentado una denuncia en comisaría por amenazas. Según recogía el diario Levante, uno de los residentes, Diego, afirma: “Nos dijeron que eran de una empresa de desocupación, que venían a mediar y que querían asegurarse de que nos íbamos a ir, de muy malas formas y delante de mis hijos de apenas dos años”.

Según los datos de la Conselleria d’Igualtat, las personas que llegaron al CATE lo hicieron derivadas por los servicios sociales municipales, que no podían ofrecer recursos propios. De las más de 180 personas atendidas, algunas han cerrado el periodo en el CATE al regresar a sus casas o iniciar una nueva vida junto a sus familiares, y cerca de 100 han salido del centro con una alternativa habitacional estable proporcionada por la administración.

Desde la Conselleria que dirige Susana Camarero aseguran que a todas las personas se les ha ofrecido alternativa habitacional y, en concreto, señalan que Diego las habría rechazado, un extremo que él desmiente: “En ningún momento me he negado a abandonar el centro antes del cierre del mismo, estoy esperando una resolución de ayuda al alquiler para poder ir a un piso con mi familia”. Ésta está a la espera de tramitar una ayuda al alquiler del Ayuntamiento de Manises, donde residían antes de la dana.

Por su parte, desde CGT denuncian la clausura de este centro y la situación de vulnerabilidad de las personas afectadas, que se van a ver abocadas a situación de calle. Además, la organización se ha mostrado “sorprendida e indignada” por la forma de actuar del propietario que “se presentó sin pedir permiso junto a dos miembros de una empresa de desokupación para amenazar a las familias con que iban a tener problemas si no abandonaban el edificio antes de las 12 de la noche del lunes 8 de septiembre”.

Desde la organización anarcosindicalista reclaman a Cruz Roja una “respuesta contundente a la forma de hacer de estas empresas parafascistas de desokupación”.

El precedente del desalojo de una nave en Aldaia

Una treintena de personas migrantes, víctimas de la dana, se refugiaron durante meses en una nave abandonada de Aldaia, hasta que sufrieron un violento desalojo por parte de un grupo de desocupación. El pasado junio fueron atacados con gas pimienta y porras, además de sufrir graves agresiones en el proceso de desalojo ilegal.

El grupo de matones personas accedió al interior de la fábrica ataviado con unos chalecos fluorescentes, similares a los que utiliza la policía judicial, para hacerse pasar por agentes de este cuerpo. Según denuncarion las víctimas, la agresión fue brutal e incluso uno de los moradores tuvo que saltar desde una de las ventanas para escapar, temiendo por su vida, lo que le provocó graves heridas." 

(Tomás Muñoz , El Salto, 10/09/25)

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