"El premio Nobel de la Paz está manchado de sangre desde que tuvo la ocurrencia de dárselo a Henry Kissinger, el muñidor de golpes de la doctrina Monroe que trajo la violación sistemática de los derechos humanos a todo lo que oliera a izquierda en Chile, Argentina o Nicaragua
Un hecho probado es que María Corina Machado pidió a las potencias extranjeras (EEUU) que usaran la fuerza en Venezuela para derrocar a Nicolás Maduro. Esto no es un hecho interpretable, es algo que ella dijo en 2018 ante unos micrófonos. De viva voz. Con la frente alta y el verbo claro. Por alguna razón este evento ha desaparecido de las hagiografías y las crónicas del mismo modo que su participación en el golpe de Estado de 2002. Tengo claro que Nicolás Maduro y su régimen ya dejó de ser democrático y tras las últimas elecciones no hay nada que concierna a la izquierda en su defensa, no voy a entrar a debatir sobre la conveniencia del uso de la fuerza para aquellos que creen que se están enfrentando a un régimen tiránico, pero eso es un debate de la filosofía política que no me incumbe en este texto porque en lo único que quiero centrarme es que le han dado el premio Nobel de la Paz a quien ha pedido un baño de sangre en su propia tierra para derrocar el poder actual y ha participado de golpes desde hace más de 20 años.
El mundo líquido del que hablaba Zygmunt Bauman se ha esclerotizado en un cuerpo oleaginoso y viscoso en el que se quedan pringados los peores males de todos los tiempos y que simboliza de manera grotesca el hecho de dar el mayor reconocimiento para quien trabaja por la paz a quien pide una guerra. Ya no me voy a sorprender pero a este mundo ya solo le pido un Nobel de la Paz que busque la paz con métodos pacíficos. Estoy seguro de que incluso si quieren hacer política contra Venezuela en el país caribeño encontrarán opositores y activistas que lo merezcan más por el simple hecho de trabajar contra Nicolás Maduro sin pedir violencia y muerte.
No soy un necio. Sé que hay conflictos que se dirimen con la violencia, pero al menos que se tapen y no los premien con el máximo premio por la paz. Puedo entender a quien no encuentra otra manera de resolver conflictos enquistados, en algunos casos está hasta reconocido por el derecho internacional, pero estaría bien que no validaran a quienes abogan por la violencia para que no parezca que son tan cínicos como parecen. El legado de María Corina Machado que han premiado es la deslegitimación de quienes piensan distinto a ella y erradicarlos mediante cualquier medio. Es como lleva años procediendo desde que creó su plataforma activista Súmate forjada con el dinero de su procedencia de la oligarquía venezolana de la peor condición.
Los argumentos que esgrimen que su actuación en estos momentos está justificada porque Nicolás Maduro perdió las elecciones y no quiere entregar las actas que demuestran su derrota se desnudan al mostrar con hechos que ella ya pedía una intervención militar en 2018 cuando el Centro Carter sí había validado las elecciones o apareciendo como firmante del Carmonazo en el año 2002 con Hugo Chávez como presidente cuando se le derrocó con un golpe de Estado que duró solo unos días. En El País, que ahora ha hecho un editorial donde lo oculta, se puede leer.
El premio Nobel de la Paz está manchado de sangre desde que tuvo la ocurrencia de dárselo a Henry Kissinger, el muñidor de golpes de la doctrina Monroe que trajo la violación sistemática de los derechos humanos a todo lo que oliera a izquierda en Chile, Argentina o Nicaragua. Estaba claro que Noruega buscaba no molestar demasiado a Donald Trump y tenía que dárselo a alguien que no estuviera inmerso en la masacre palestina y han encontrado a una aliada cercana de Marco Rubio, pero si juegan a hacer política uniéndose a las hordas golpistas de extrema derecha que no busquen honor y prestigio. Machado es aliada cercana de quien quiso asesinar a Lula, de quien quiere hundir el Open Arms. De las peores excrecencias políticas de nuestro tiempo.
No hacía falta meterse en los conflictos que más foco tienen si no querían parecer cobardes y enseñarlo al mundo, vale que podían obviar a Médicos Sin Fronteras, la UNRWA, o a los más de 210 periodistas asesinados en Gaza, a algunos de los médicos palestinos que llevan dos años haciendo su trabajo entre bombardeos y siendo objetivos de las IDF, pero existen multitud de personas fuera de la opinión publicada mayoritaria de Occidente que merecerían con creces el premio y no hacían llamados a la violencia. Mahrang Baloch, una activista por los derechos de las mujeres en Pakistán que lleva años denunciando las desapariciones forzosas en Baluchistán y que en la actualidad se encuentra presa acusada de terrorismo tras un juicio sin pruebas ni garantías. Emtithal Mahmoud, una poeta y activista sudanesa que lleva desde 2015 luchando para visibilizar la crisis de violencia y guerra en Darfur que genera cada año miles de refugiados. Fawzia al Otaibi, luchadora por los derechos civiles en Arabia Saudí, la activista por los derechos de la mujer en Irán Zhina Modares Gorji o las israelies Danielle Cantor y Alma Beck que luchan por derechos de todas las minorías y contra el genocidio en Gaza desde dentro del monstruo israelí en Tel Aviv.
Entiendo que no tienen los poderosos apoyos de María Corina Machado ni forman parte de la ola reaccionaria y ultra que el Nobel Institute acaba de validar con su premio. Pero igual lo merecen más porque sí creen en la paz. No es que el Nobel de la Paz tenga mucho prestigio desde que se convirtió en una herramienta de los poderosos reaccionarios al mismo nivel que el Premio Sájarov, pero podrían haber disimulado en vez de hacer política de la peor condición dándole el galardón a quien quiere el poder aunque sea a costa de la sangre de sus compatriotas. En la misma semana en la que llaman paz a un plan colonial en Gaza le otorgan el premio a una golpista declarada con ganas de violencia, sangre y represión. No les escondo que me genera ansiedad este mundo en el que ha perdido significado simbólico hasta la palabra paz." ( Antonio Maestre, blog, 11/10/25)
No hay comentarios:
Publicar un comentario