11.7.23

Los servicios meteorológicos nacionales están siendo víctima de una campaña de acoso, insultos y amenazas de muerte... Alguien trata de convencer a algunos españoles de que la información meteorológica es peligrosa, con bulos que distribuye de forma organizada por la red... Alguien ahora trabaja duro para invalidar la información científica meteorológica en España. Alguien que tiene un plan. Alguien que quiere tapar las consecuencias de la explotación inapropiada de regadíos, acuíferos y otros recursos preciosos en un país donde el calor y la sequía son una amenaza existencial para todos

 "La destrucción sistemática de los organismos de protección medioambiental fue el legado principal del Gobierno de Jair Bolsonaro en Brasil. 

Nada más llegar al Gobierno empezó su guerra contra el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales del Brasil, principal supervisor de la deforestación en la Amazonia. (...) 

En España, la guerra contra los organismos de protección medioambiental es tan parecida que le copia los lemas, los memes y las consignas a la brasileña. Con una diferencia: la mayor parte sucede a oscuras en los grupos de Telegram, Facebook y WhatsApp, los canales cifrados masivos de la red social. Esa campaña de desinformación se ha acelerado en los últimos meses. Lo sabemos porque se manifiesta a través de síntomas como los ataques a la Agencia Estatal de Meteorología, el equivalente al Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil.

 Los servicios meteorológicos nacionales están siendo víctima de una campaña de acoso, insultos y amenazas de muerte. Les llaman para decirles “sois unos asesinos, estáis matando a mis hijos, lo vais a pagar”. Un nivel de inquina extravagante para una institución estrictamente científica cuyo trabajo es mantener e interpretar de forma actualizada los sistemas básicos de observación, telecomunicaciones, predicciones y archivos y procesamiento de datos del Estado español. Que no pertenece a ningún partido, ideología o religión. “Lo peor es que la persona que estaba insultándonos estaba convencida de sus palabras”, explicaba la portavoz Estrella Gutiérrez en una entrevista reciente con eldiario.es. Alguien trata de convencer a algunos españoles de que la información meteorológica es peligrosa, con bulos que distribuye de forma organizada por la red.

Los acosadores están convencidos, pero los impulsores de las campañas no. Bolsonaro sabe que la crisis climática existe. No es un negacionista real. Su guerra contra las instituciones medioambientales fue una estrategia para autorizar la explotación industrial de las tierras indígenas, reconocidas como posesión permanente, imprescriptible y exclusiva de las comunidades indígenas por la Constitución de 1988. En el proceso, convirtió Brasil en el país más peligroso del planeta para la protección del medioambiente. También podría haber convertido el Amazonas en una máquina de producir CO2.

Alguien ahora trabaja duro para invalidar la información científica meteorológica en España. Alguien que tiene un plan. Alguien que quiere tapar las consecuencias de la explotación inapropiada de regadíos, acuíferos y otros recursos preciosos en un país donde el calor y la sequía son una amenaza existencial para todos. Ojalá supiéramos quién es."        (Marta Peirano , El País, 08/07/23)

 

 "Estrella Gutiérrez, portavoz de la AEMET: “Nunca habíamos recibido estos insultos, ya nos llegan hasta por teléfono”.

La meteoróloga y portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología defiende el “rigor” de la agencia estatal frente al negacionismo climático, el acoso y la desinformación: “Obviamente el cambio climático es una realidad”.

Estrella Gutiérrez forma parte del Cuerpo Superior de Meteorólogos del Estado desde hace 30 años. En su carrera, “nunca” antes se había encontrado lo que ahora están viviendo ella y sus compañeros de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET): acoso, insultos y hasta amenazas de muerte simplemente por hacer su trabajo.

Paradójicamente (o no), mientras España hace frente a una sequía de larga duración y la población trata de sobrellevar anómalos episodios de calor extremo, resurgen con fuerza posturas negacionistas y conspiranoicas sobre el clima. Florecen pseudociencias que complican la labor de los meteorólogos y, de algún modo, los ponen en el disparadero del odio de un sector de la ciudadanía.

Hace unos días, la cuenta corporativa de la AEMET en redes sociales tuvo que pedir “respeto” ante el acoso que recibe la Agencia dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica. Apenas 48 horas después, el perfil oficial de AEMET hacía otro llamamiento: “Pedimos a los medios que eviten informar sobre predicciones meteorológicas basadas en pseudociencias, especialmente en temas tan importantes y preocupantes para la sociedad como la sequía”.

Bastaba echar un vistazo rápido a las respuestas del tuit para comprobar que el mensaje de los meteorólogos no había agradado a todo el mundo. “MANIPULACIÓN climática generada por el ser humano para provocar sequía como uno de los objetivos de la agenda 2030 satánica”, les responde un usuario en Twitter, que igual niega la existencia de la pandemia por covid que el cambio climático.

Tras más de cien años de historia, la Agencia Estatal de Meteorología –cuyo objetivo principal es “contribuir a la protección de vidas y bienes a través de la adecuada predicción y vigilancia de fenómenos meteorológicos adversos”–, se ha convertido en actor involuntario en la batalla de la desinformación climática. 

¿Alguna vez se han enfrentado a un nivel de acoso similar al actual?

No, desde luego que no. Nos están insultando en redes sociales, por correo electrónico, en nuestra página web, ¡ya hasta por teléfono! Se ha dado el caso de una funcionaria de la Agencia que llega a su despacho, coge el teléfono oficial y se encuentra a una persona gritando “sois unos asesinos, estáis matando a mis hijos, lo vais a pagar”. Lo peor es que la persona que estaba insultándonos estaba convencida de sus palabras. Esto no había sucedido nunca; nunca habíamos tenido estos episodios de insultos, de achacarnos cosas sobre las que no tenemos responsabilidad y de acusarnos por noticias falsas que se están difundiendo. 

Entiendo que esto afecta en lo profesional, pero también en lo anímico. 

Bueno, ante todo somos un servicio público, esencial, tenemos personal altamente cualificado, experto, así que con esa profesionalidad seguimos trabajando. Tenemos claro que el ciudadano quiere tener el mejor servicio y es el que estamos obligados a darle. Estos insultos te dejan… no triste, pero sí preguntándote por qué está pasando esto.   

¿Y han logrado identificar esos motivos, esos porqués?

Empiezan a salir noticias falsas y en el mundo de la globalidad y las redes sociales los bulos corren rápidamente. El ciudadano a lo mejor ve la sequía que estamos sufriendo, ve todo esto, lee cosas y cree que es realidad. Pero aquí estamos nosotros para desmentirlo, para decirle a la gente que AEMET sigue trabajando por el bien de la sociedad y dando la mejor información veraz, acreditada, oficial y contrastada.  

 ¿Desde cuándo se viene produciendo este acoso? Pienso en el uso de las redes sociales como difusor, pero también en la pandemia como un posible punto de inflexión, cuando se desataron el negacionismo y el odio hacia científicos y divulgadores.

Puede ser. En la época de la pandemia surgieron muchos antivacunas; todo esto puede que también haya fomentado este tipo de informaciones sin contrastar. También quiero decir que, además de los insultos, estamos teniendo multitud de mensajes de apoyo, tanto de aficionados a la meteorología, con quienes tenemos una buenísima relación e interactuamos, como de instituciones.

Por ejemplo, en nuestra red corporativa respondió el secretario de Estado de Medio Ambiente, que decía que AEMET es la herramienta de ciencia más utilizada por la ciudadanía; conocimiento y rigor frente al negacionismo. Eso lo dice todo. 

 La sequía prolongada que vive España, y el calor extremo de estos días, ¿les ayuda de algún modo a que cale el mensaje, a que la gente se dé cuenta de que el cambio climático realmente existe? 

Sí, bueno, obviamente el cambio climático es una realidad. En el último informe del IPCC, y en otros anteriores, se concluye que lo que nos trae el cambio climático son episodios de temperaturas más altas, y ahora lo estamos notando. 

Por lo que denuncian, ahora mismo tienen varios frentes abiertos: el negacionismo climático y la conspiranoia, el alarmismo por parte de medios de comunicación, y las pseudociencias. ¿Estos tres factores se dan la mano, tienen que ver entre sí?

Nosotros somos profesionales, tenemos nuestras funciones de cara a la sociedad, somos un servicio público y no nos metemos a valorar todos estos temas. Están ahí, y lo que tenemos que hacer, nosotros y los medios de comunicación, es luchar por que el ciudadano tenga la mejor información, para que ellos mismos sean capaces de discriminar una noticia falsa de una información contrastada. 

Están en contacto con otras entidades meteorológicas, incluso a nivel internacional, en relación con el tema del negacionismo climático: ¿también ellas reciben este acoso?  

Efectivamente. Nosotros, como AEMET, representamos a España en grandes consorcios internacionales, como en el Centro Europeo de Predicción a Plazo Medio o en la Organización Mundial Meteorológica, donde formamos parte de los núcleos de decisión. Compartimos experiencias, y ellos también están sufriendo este tipo de insultos, amenazas y acusaciones falsas a ese nivel, es una cosa global. También dentro de España sabemos que pasa esto con otros servicios meteorológicos. 

¿Cómo se le explica a un negacionista que el cambio climático es una realidad y que ya está teniendo consecuencias? 

Son evidencias. Tratamos de dar a conocer el trabajo que se hace, por ejemplo con estas entrevistas, y también desde la escuela. Ahora en AEMET tenemos el proyecto Medina, con el que pretendemos entrar en los libros de educación para también enseñar de una manera más didáctica, y que el alumnado entienda desde pequeños lo que es el clima, el cambio climático, o cómo les puede afectar.

¿La comunicación en meteorología es ahora más importante que nunca?

Sí, claro. La comunicación, hablar del tiempo, es un recurso histórico. Pero sí que es verdad que ahora la sociedad se está dando cuenta de que realmente es fundamental una buena información meteorológica, no solamente para el campo, para la aviación, ven cómo han ido evolucionando las leyes a nivel europeo… Por ejemplo, en AEMET tenemos profesionales que están 24 horas en los aeropuertos para cumplir la normativa. 

Ahora se acierta mucho más...

La meteorología ha mejorado mucho, con los grandes avances en ordenadores, con los modelos numéricos matemáticos para saber qué va a pasar mañana o la semana que viene, ya tenemos pronósticos estacionales… Todo esto hace que la ciudadanía tenga más confianza en la información meteorológica, y puede mirar en las redes sociales, en las páginas web, en AEMET, donde encuentra muchísima información. Esto da lugar a que la ciudadanía hable de ello y sea ya una cosa más del día a día. 

¿Están notando también la ecoansiedad de la población; la gente también acude a vosotros con preocupación por las olas de calor, la sequía, el cambio climático, en definitiva? 

La gente viene a pedir datos para hacer estudios, o el ciudadano de a pie también viene a pedirnos certificados que les requiere el seguro porque han tenido un incidente provocado por una tormenta. Nosotros, por otro lado, tenemos que intentar alejar a la ciudadanía del pánico. Esto es ciencia. ¿Tenemos cambio climático? Sí, y también grandes acuerdos a nivel de Naciones Unidas. Debemos tener serenidad y calma, seguir haciendo nuestro trabajo e informarnos. El pánico, precisamente, es lo que buscan generar estas informaciones falsas."            (Marina Velasco, eldiario.es, 04/05/23)

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