Daniel Bernabé @diasasaigonados
Brevemente, sobre la jura constitucional de la princesa de Asturias:
1. "Confíen en mí" ha dicho Leonor en su discurso. Justo de eso se trata: en democracia los ciudadanos preferimos elegir a confiar en sucesiones y derechos de cuna.
2. Leonor, como mujer joven, vale hoy simbólicamente más para la monarquía que cualquier corona. Es el cetro de la identidad que en estos tiempos reina sobre el fondo de las cosas.
3. Entiendo el discurso de Armengol, es el de los que observan la monarquía como el mal menor con el que avanzar, apaciguando las pulsiones de una derecha caníbal...
4. ...pero no lo comparto. Cuarenta y cinco años después de 1978, España tiene derecho a librarse de tutelas, sobre todo porque con la vuelta de lo peor del búnker se demuestra que sólo entienden la correlación de fuerzas.
5. Detalle ridículo el de las derechas rompiéndose las manos a aplaudir a ver quién dejaba de hacerlo primero. El rey les pidió parar. Leonor hizo un leve gesto en la misma línea que hasta me hizo empatizar con ella.
6. Lo peor que tiene la monarquía, si descontamos los escándalos de la pasada década, son sus defensores más acérrimos, más que súbditos, cortesanos de carrera que quieren hacernos vasallos a los demás.
7. Lo peor que tiene el republicanismo es que sólo se deja ver cómo opuesto a la monarquía y así, más que proyecto emancipador, parece el invitado díscolo a la fiesta.
8. Recuerdo las manifestaciones republicanas de 2014. Recuerdo aún más las calles vacías al paso de Felipe VI. Ahí hubo una oportunidad pero, como siempre, no pasó de la indignación pasajera.
9. Los que hoy dan lecciones diarias de todo a todos no estuvieron. De eso también me acuerdo. Al parecer el republicanismo polarizaba y les alejaba del centro del tablero, dijeron. Las medallas, mejor, en las olimpiadas.
10. Soy republicano. No es que tenga mayor interés señalarlo, pero en tiempos donde el macartismo enseña los nudillos no está de más tomar posición una vez más.
2:38 p. m. · 31 oct. 2023 5.902 Reproducciones
"La monarquía tiene un problema, pero el republicanismo también. "La monarquía sigue sin remontar en popularidad, pero el republicanismo tampoco despega".
Sobreactuación. Ese podría ser un resumen de lo vivido este martes en los grandes medios del país, volcados con la que, una y otra vez, se presentó, no como heredera al trono, sino como “futura reina”, dando por sentado que los Borbones han logrado consolidar su dinastía, tres veces interrumpida (1840, 1868, 1931) en la historia contemporánea de España.
Ciertamente, tras años muy movidos, lo peor de la crisis de régimen parece haber ya pasado. La monarquía, la institución española que más errores de forma y fondo cometió en la pasada década, ha dejado de perder popularidad, pero es muy probable que siga sin recuperarse de una larga crisis iniciada en torno a 2012, y cuyo epílogo fue el tremendo discurso televisado de Felipe VI durante el confinamiento de 2020. Si el CIS sigue sin preguntar por la Casa Real, será por algo.
A falta de datos oficiales sobre la popularidad de la Monarquía, en 2020 un grupo de medios, entre ellos NORTES, englobados dentro de la Plataforma de Medios Independientes, encargamos a la empresa demoscópica 40db una encuesta que midiera de manera científica y rigurosa el grado de apoyo a la institución real. En 2021 volvimos a hacerlo. En ambos años el resultado fue parecido, un casi empate entre el 31% favorable a la monarquía y el 39% a la república, y sobre todo, muchos, muchos, muchos indecisos.
“La monarquía sigue sin remontar en popularidad, pero el republicanismo tampoco despega” titulamos en NORTES en 2021 los resultados de la encuesta. Visto lo visto, es probable que a día de hoy ahí sigamos ahí. En el empate entre una Monarquía, derechista, antipática y anacrónica a ojos de una gran parte de los españoles, de forma muy mayoritaria en Catalunya y el País Vasco, y una República izquierdista, sin liderazgo y que nadie, ni siquiera sus propios simpatizantes, terminan de creerse. La monarquía eso sí, tiene a favor la fuerza del Estado y la inercia de la costumbre. Es decir, va ganando, pese al escaso carisma del actual Rey.
¿Qué hacer los que desearíamos otro estado de las cosas? Construir un
republicanismo sereno y convincente, firme pero sin histrionismos,
debería ser el reto para estos tiempos de reflujo, de resaca del ciclo
rupturista 2011-2016. Horizonte y estrategia para el mientras tanto." (Diego Díaz Alonso, Nortes, 01/11/23)
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