21.5.25

¿Cuáles son los resultados de la visita diplomática de Trump a Arabia Saudita, Catar y los Emiratos Árabes Unidos y cómo afectan a Israel? La sensación es lad de que Israel está siendo marginado de los principales acontecimientos regionales... Los líderes del Golfo presionaron a Trump para que levantara las sanciones a Siria -lo que hizo- y promoviera un acuerdo nuclear con Irán que redujera la amenaza de guerra. También instaron a Trump a presionar a Israel para que pusiera fin a la guerra en la Franja de Gaza, y Arabia Saudí solicitó específicamente que la cuestión de la normalización con Israel quedara aparcada por el momento... A lo largo de la visita, destacó especialmente el deseo de los monarcas del Golfo de conceder a Trump honores reales, y parecía que se estaba produciendo una competición entre ellos por el favor del presidente... El principal beneficiario de esta evolución -junto con el presidente Trump- es el príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, que obtuvo el reconocimiento tanto para sí mismo como para su país de tener un estatus mejorado y de ser un pilar central para Estados Unidos en el mundo árabe y en la región en su conjunto... la visita incluyó amplios debates sobre Irán y la guerra entre Israel y Hamás. En ambos casos, Trump expresó su deseo de buscar soluciones novedosas y poco convencionales, favoreciendo la negociación frente a la acción militar... pero los esfuerzos de la administración Trump por avanzar en un acuerdo entre Israel y Hamás -que incluyera un alto el fuego y la planificación de una fase de posguerra- no tuvieron éxito (Eldad Shavit, INSS israelí)

 "El presidente Donald Trump completó su primera visita diplomática de su segundo mandato a Arabia Saudí, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos, dando a entender que estos países tienen un significado personal para él, no solo para Estados Unidos. Los resultados de la visita brindaron a los líderes de estos Estados la oportunidad de mostrar una amplia convergencia de intereses, sobre todo visibles. Esta visita, junto con los recientes movimientos de la administración estadounidense en Oriente Medio, ha contribuido a aumentar la sensación de que Israel está siendo marginado de los principales acontecimientos regionales. 

Cada vez es más evidente que el presidente y su administración están señalando la intención de Washington de remodelar el marco de las alianzas regionales, reduciendo potencialmente su dependencia de Israel . Los líderes del Golfo, por su parte, presionaron a Trump para que levantara las sanciones a Siria -lo que hizo- y promoviera un acuerdo nuclear con Irán que redujera la amenaza de guerra. También instaron a Trump a presionar a Israel para que pusiera fin a la guerra en la Franja de Gaza, y Arabia Saudí solicitó específicamente que la cuestión de la normalización con Israel quedara aparcada por el momento.

 El eje central de la visita de alto perfil -la primera de Trump desde que regresó a la Casa Blanca-, celebrada del 13 al 16 de mayo en Arabia Saudí, Catar y los Emiratos Árabes Unidos, e incluida la cumbre del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) a la que asistió, fue una serie de declaraciones conjuntas sobre las intenciones de promover acuerdos económicos, principalmente en los sectores de defensa y tecnología, por un total sin precedentes de aproximadamente 2 billones de dólares. Estos acuerdos, que aún no se han firmado formalmente, se esbozaron en cooperación con Arabia Saudí, Qatar y los EAU.

    Arabia Saudí: Sobre la mesa hay acuerdos armamentísticos, inversiones saudíes en Estados Unidos, colaboración en el mercado del petróleo y en tecnología de IA, un pacto de defensa y también cooperación nuclear. En este contexto, y en contra de informaciones anteriores, Arabia Saudí aún no ha recibido la aprobación para un programa nuclear, y durante la visita no se firmó ningún acuerdo significativo al respecto. Trump declaró que espera aproximadamente un billón de dólares en inversiones saudíes en Estados Unidos. El volumen total de acuerdos anunciados entre Estados Unidos y Arabia Saudí es de unos 600.000 millones de dólares, incluidos 142.000 millones en contratos militares y de defensa.

    Qatar: Las conversaciones se centraron en ampliar la cooperación en defensa y las inversiones en Estados Unidos, incluido un megaacuerdo para comprar aviones a Boeing valorado en unos 100.000 millones de dólares. Según el comunicado de la Casa Blanca, el presidente Trump firmó un acuerdo con Qatar para promover el comercio mutuo por valor de al menos 1,2 billones de dólares.

    Emiratos Árabes Unidos: Se avanzaron acuerdos por valor de 200.000 millones de dólares, principalmente relacionados con la cooperación en el campo de la IA. También se hicieron esfuerzos para promover un acuerdo de seguridad, junto con las expectativas estadounidenses de inversiones masivas por valor de 1,4 billones de dólares de los EAU en tecnología estadounidense durante varios años.

A lo largo de la visita, destacó especialmente el deseo de los monarcas del Golfo de conceder a Trump honores reales, y parecía que se estaba produciendo una competición entre ellos por el favor del presidente, en la que cada uno se esforzaba por superar a los demás en el respeto y los beneficios que le ofrecía. Trump, por su parte, no se contuvo a la hora de deshacerse en elogios hacia sus anfitriones, subrayando su profundo aprecio por su liderazgo y sus logros. Todas las partes presentaron la visita como un éxito excepcional, y tanto Trump como los líderes árabes destacaron los logros alcanzados.

 Es evidente que el presidente Trump considera las estrechas relaciones con los Estados del Golfo como una contribución significativa a los intereses estadounidenses, una opinión compartida por los propios países del Golfo, que están deseosos de abrir un nuevo capítulo y profundizar los lazos con Estados Unidos. El principal beneficiario de esta evolución -junto con el presidente Trump- es el príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, que obtuvo el reconocimiento tanto para sí mismo como para su país de tener un estatus mejorado y de ser un pilar central para Estados Unidos en el mundo árabe y en la región en su conjunto.

La visita ayudó a ambas partes a avanzar en sus objetivos también en el frente diplomático:

    Influencia mutua en la política regional: para estrechar sus relaciones con Estados Unidos, los Estados del Golfo también tienen que reducir en cierta medida sus lazos con China, con lo que abordan intereses estadounidenses clave.

    La lucha por el estatus regional frente a Irán-La visita permitió a los Estados del Golfo aprovechar sus lazos con Estados Unidos para mostrar su capacidad de establecer la agenda regional relativa a Irán, al menos durante el mandato del presidente Trump. A cambio de los mega-acuerdos, esperan que Estados Unidos tome medidas para garantizar su seguridad.

    Voluntad de coordinar al máximo la política energética-Trump concede gran importancia a los precios del petróleo, mientras que para los Estados del Golfo, un objetivo clave es influir en los precios del petróleo a cambio de garantías de seguridad.

 Durante la visita, se hizo evidente el énfasis del presidente Trump en la remodelación de la estructura de alianzas regionales, especialmente a través de sus llamamientos a la resolución de conflictos y al fomento de la estabilidad, que considera vital para alcanzar los objetivos económicos de su administración. En este contexto, uno de los acontecimientos más llamativos fue la drástica decisión de Trump -alentado por Arabia Saudí y Turquía- de reunirse con el presidente sirio, Ahmed al-Sharaa, y su anuncio de levantar todas las sanciones estadounidenses impuestas a Siria desde 2019. Trump describió la medida como una oportunidad para que Siria prospere y aclaró que marcaba un primer paso hacia la normalización entre Estados Unidos y el nuevo régimen sirio.

Paralelamente, la visita incluyó amplios debates sobre Irán y la guerra entre Israel y Hamás. En ambos casos, Trump expresó su deseo de buscar soluciones novedosas y poco convencionales, favoreciendo la negociación frente a la acción militar:

    Irán-Los países del Golfo instaron a Trump a alcanzar un acuerdo nuclear con Irán para reducir la amenaza de guerra, que podría socavar sus economías y su estabilidad. Trump dejó claro que no está interesado en una acción militar contra Irán y se mostró optimista sobre las negociaciones en curso entre Estados Unidos e Irán. Sin embargo, subrayó que si las conversaciones fracasan, la alternativa sería aumentar la presión económica y militar sobre Irán (aunque se abstuvo de especificar la naturaleza de cualquier acción militar).

 La guerra en la Franja de Gaza-Durante la visita, los esfuerzos de la administración Trump por avanzar en un acuerdo entre Israel y Hamás -que incluyera un alto el fuego y la planificación de una fase de posguerra- no tuvieron éxito. Los países del Golfo, por su parte, hicieron hincapié en la necesidad de presionar a Israel para que ponga fin a la guerra, y Arabia Saudí solicitó que se pospusiera por el momento la cuestión de la normalización con Israel. Aunque Trump reiteró su esperanza de que más países -especialmente Arabia Saudí- se unieran a los Acuerdos de Abraham, la administración parece valorar que tales perspectivas siguen siendo limitadas si no se produce un cambio importante en la situación de Gaza.

De las declaraciones de los líderes durante la visita se desprende que tanto la administración estadounidense como los Estados del Golfo que visitó Trump estaban satisfechos con su alineación en una amplia gama de cuestiones visibles. Sin embargo, las implicaciones prácticas de este alineamiento se pondrán a prueba con el tiempo. Ya se pueden identificar varias áreas potenciales de fricción:

    Producción y precios del petróleo-La administración estadounidense prevé un aumento de la producción de petróleo y la consiguiente caída de los precios. Los países del Golfo, encabezados por Arabia Saudí, respondieron a la demanda y actuaron para aumentar la producción. Sin embargo, debido a las presiones económicas -especialmente en Arabia Saudí- y a los bajos precios del petróleo, mantener este nivel de producción puede resultar difícil. La petrolera saudí Aramco ha registrado malos resultados debido al descenso de los precios y, evidentemente, tiene dificultades para ejecutar los proyectos previstos. Así pues, los bajos precios del petróleo y las tensiones económicas pueden dificultar la capacidad del reino para cumplir sus compromisos con Estados Unidos. Además, los estados del Golfo esperan que la administración reduzca los aranceles del 10% que les impone, aunque sus exportaciones a Estados Unidos siguen siendo relativamente menores.

    Política hacia Irán-Todos los Estados del Golfo desean evitar una escalada con Irán y, por sus propias razones, mantener una buena relación con él. Arabia Saudí parece haber aprendido la lección del primer mandato de Trump, durante el cual participó en la estrategia de «máxima presión» contra Irán y sufrió por ello. Desde la perspectiva de Riad, esa estrategia fue ineficaz y, además, Arabia Saudí fue el objetivo de un ataque con misiles iraníes, sin que la defensa estadounidense estuviera próxima. Por tanto, una decisión estadounidense de atacar a Irán utilizando bases en el Golfo (por ejemplo, las expectativas de que Qatar acoja bombarderos estratégicos estadounidenses en la base aérea de Al Udeid) podría provocar un conflicto entre los Estados regionales y la administración.

     La guerra en Gaza y el deseo de incorporar a Arabia Saudí a los Acuerdos de Abraham-La prolongación del conflicto, y especialmente el empeoramiento de la situación humanitaria en Gaza, podría generar presión interna sobre los regímenes árabes. Por ello, aprovecharon la visita para presionar al presidente Trump sobre el tema. De hecho, éste expresó críticas a la situación humanitaria, incluyendo su declaración de que «mucha gente se muere de hambre» en Gaza, y que hay que «ocuparse de la situación.» En cualquier caso, la ambición de Trump de convencer a Arabia Saudí para que se una a los Acuerdos de Abraham no se hará realidad mientras Riad se sienta incómoda con la situación en Gaza e Israel siga siendo reacio a comprometerse con una resolución política de la cuestión palestina.

Implicaciones y recomendaciones para Israel

Aunque la visita de Trump al Golfo se centró en el fortalecimiento de las alianzas entre Estados Unidos y los Estados regionales -dentro de los cuales Israel es un actor importante-, no incluyó a Israel en su itinerario. Aunque hizo hincapié en la importancia de una normalización regional integral, la ausencia de Israel contribuyó a una sensación de exclusión de los dramáticos procesos diplomáticos que se desarrollaban sin su participación. Esta omisión creó la impresión de que el presidente y su administración podrían estar indicando al gobierno israelí que Washington pretende remodelar las alianzas regionales, posiblemente incluso reduciendo su dependencia de Israel.

 Cabe señalar que Israel no fue la única parte excluida. Otros líderes árabes clave -sobre todo de Egipto y Jordania- que habían sido invitados a las cumbres del Golfo durante la visita de Trump en 2017 también fueron excluidos esta vez.

La política estadounidense en Oriente Medio y la creciente cooperación entre Estados Unidos y los Estados del Golfo, especialmente Arabia Saudí, presentan tanto desafíos como oportunidades para Israel:

Riesgos y desafíos

    Sensación de exclusión-La impresión dejada por Trump respecto a la importancia y estima que atribuye a los líderes de los Estados del Golfo suscita preocupación por el cambio en la percepción estadounidense del papel de Israel en la región. Esto podría reforzar la impresión entre los actores regionales de que Israel está perdiendo su estatus central como aliado clave, especialmente en favor de Arabia Saudí. Esta percepción podría minar directamente la capacidad de Israel para atraer socios regionales y disuadir a sus adversarios.

    Erosión de la ventaja militar cualitativa de Israel (QME, por sus siglas en inglés): La posible venta de armas avanzadas a Arabia Saudí y Qatar -aunque no se hayan cerrado acuerdos concretos- supone una grave amenaza para la QME de Israel, un principio que Estados Unidos ha salvaguardado durante años. Especialmente preocupante es la posible venta de un avión de combate avanzado F-35, solicitada por Arabia Saudí, Qatar y los EAU (que se les prometió a cambio de firmar los Acuerdos de Abraham).

     Mayor coordinación entre Estados Unidos, Arabia Saudí y Turquía-La alineación trilateral demostrada durante la visita, sin la participación israelí, podría marginar a Israel en futuros diálogos regionales sobre la configuración de Oriente Medio y amenazar sus intereses.

    Adopción de la narrativa árabe/golfo-Los comentarios del presidente Trump durante la visita sugieren que ha adoptado en gran medida la perspectiva árabe respecto a los acontecimientos en Gaza y otros escenarios regionales. Esta narrativa, promovida por los aliados del Golfo que han ganado una influencia significativa sobre la administración estadounidense, puede ahora guiar la política regional estadounidense.

    Acuerdo con Irán-La administración Trump y los Estados del Golfo comparten el interés de llegar a un acuerdo con Irán, incluso a costa de desatender las demandas de Israel. En caso de que fracasen las negociaciones, es probable que los estados árabes aprovechen sus lazos reforzados con la administración Trump para presionar por la moderación hacia Irán, incluidos los esfuerzos para influir en las consideraciones operativas de Israel.

Oportunidades

    Avanzar en la normalización con Arabia Saudí-La determinación de Trump de ampliar los Acuerdos de Abraham y su objetivo de construir un eje suní anti-iraní podrían conducir a una mayor presión estadounidense sobre Arabia Saudí para que ofrezca gestos hacia Israel. En caso de que se decida atacar a Irán, la administración podría presionar a los Estados del Golfo para que permitan la libertad de acción israelí o, como mínimo, para que amplíen la coordinación encubierta con Israel.

     Integración económico-tecnológica a través de asociaciones regionales-Israel podría integrarse en el esfuerzo estadounidense por impulsar proyectos económicos-tecnológicos conjuntos (como el Corredor Económico India-Oriente Medio-Europa-IMEC), dado que Estados Unidos y los países del Golfo pretenden invertir grandes sumas en convertir a los actores regionales en potencias en estos campos.

    Creciente reconocimiento estadounidense de las necesidades de seguridad de Israel-En un contexto de preocupación por la erosión de la ventaja militar de Israel, la administración Trump podría ofrecer una mayor ayuda militar o garantías formales de seguridad.

    Inclusión en mecanismos regionales formales-La expansión de la cooperación en materia de seguridad entre Estados Unidos y los Estados del Golfo puede permitir a Israel unirse a los foros de seguridad regionales, que se espera que crezcan.           

Recomendaciones para Israel

    Israel debe actuar a todos los niveles para garantizar que se preserva el vínculo estratégico con la Casa Blanca y que las decisiones relevantes para Israel sólo se toman previa consulta con el gobierno israelí. Como parte de esto, Israel debe buscar firmemente el compromiso de Washington de que ningún proceso regional de seguridad, diplomático o económico tendrá lugar sin una coordinación previa con Israel.

    Israel debería trabajar para profundizar sus lazos con Arabia Saudí, incluso en ausencia de una normalización formal, reforzando los canales encubiertos y, entre otras cosas, promoviendo un foro permanente estadounidense-regional en el que Israel tendría un papel activo.

     Preservar la superioridad militar estratégica de Israel-Es esencial que, junto a los grandes acuerdos con los Estados del Golfo, Estados Unidos siga manteniendo la ventaja militar cualitativa de Israel, incluido el suministro de sistemas avanzados y garantías de seguridad pública. Debe hacerse especial hincapié en la necesidad de mejorar la coordinación en relación con el plan estadounidense de cooperar con Arabia Saudí en materia nuclear, sobre todo en lo relativo a la cuestión del enriquecimiento de uranio en suelo saudí.

    Para salvaguardar todos estos intereses, Israel debe asegurarse de que su estrategia se alinea con las prioridades de la administración Trump. Sobre todo, debe considerar cuidadosamente sus acciones para aprovechar los crecientes lazos entre Estados Unidos y los Estados del Golfo de manera que promuevan sus propios intereses. Israel debe actuar para aprovechar las oportunidades de consolidar su posición regional, mejorar su posición frente a la administración estadounidense y elevar su estatus en la escena internacional."

(Eldad Shavit , Yoel Guzansky INSS israelí, traducción DEEPL, enlaces en el original)

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