14.5.15

El papel subordinado de nuestra economía como parte de la periferia europea que controlan los actuales “dirigentes alemanes”

"(...) Sobre España… pocas dudas quedan del papel subordinado de nuestra economía, como parte de la periferia europea que controlan los actuales “dirigentes alemanes”, aunque “hacen trampa” cuando aluden al federalismo, porque en realidad sus propuestas colocan “en el corazón de las políticas públicas a la competencia fiscal y social”, como argumento para presentar como insostenible al Estado de bienestar y eludir las auténticas reformas fiscales que precisarían los países europeos…

Las reformas como sueños que no se cumplen… El bienestar de muy pocos a costa del malestar de muchos… No son buenas las perspectivas para un país con las debilidades de España, inmerso en un proceso que resquebraja la soberanía frente a la globalización y empodera la defensa de los intereses de una minoría, tan privilegiada como ineficiente y corrupta.

Unas reformas que afectan, necesariamente, a la unión monetaria y al BCE. “El euro pide a gritos otra estrategia, otra política económica coordinada por los gobiernos”, como reclama el autor de Eurozona: ‘Dilema’ recesión/crecimiento blando

Europa no puede ser una máquina de fabricar heterogeneidades (pg. 32), ni seguir ignorando el acierto de la FED en EE.UU. para manejar los tiempos y la comunicación de forma magistral (pg. 131), ni ignorar la losa que supone la deuda para el crecimiento (pg. 162).

La Unión Monetaria Europea da miedo, porque está mal diseñada, se ha quedado a medio camino y actúa como catalizador de la crisis, “al carecer Europa de la necesaria integración fiscal, de un prestamista de último recurso y al haber acentuado la integración monetaria las heterogeneidades y desequilibrios nacionales”.

“Se ha resquebrajado el modelo de una moneda única sin Estado”, como recuerdo Francisco Rodríguez. El crecimiento ya no podrá basarse en un mayor endeudamiento privado. Nos espera, como apuntó Fitoussi, la era del crecimiento blando. La era del miedo a la desigualdad. El temor a carecer de recursos para una subsistencia digna, incluso trabajando.

Más aún, si no se aborda el problema del paro con un “nuevo reparto del trabajo”, una reforma “radical y progresiva de los sistemas tributarios”, y un “nuevo consenso político” que incluya nuevas pautas sobre la redistribución de la renta y las ganancias de productividad…"                     (El leviatán financiero y el miedo, Autor: Jose Antonio Nieto, en Economía crítica y crítica de la economía, 04/05/2015)

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