"(...) Empecemos por Christie, quien se creía listo y audaz por proponer que se
aumente hasta los 69 años la edad en la que empezaríamos a tener
derecho a la Seguridad Social y Medicare. ¿Acaso no tiene sentido, ahora
que los estadounidenses viven más años?
Pues no, no lo tiene. Toda esta línea de argumentación debería haber
desaparecido en 2007, cuando la Administración de la Seguridad Social
publicó un informe en el que se ponía de manifiesto que casi todo el
incremento de la esperanza de vida se ha producido entre la población
más adinerada.
En el caso de los trabajadores en la mitad inferior de la
escala de ingresos, que son precisamente los estadounidenses que más
dependen de la Seguridad Social, la esperanza de vida a los 65 años solo
ha aumentado poco más de un año desde la década de 1970.
Además, aunque
a los abogados y los políticos les pueda parecer que trabajar hasta
cerca de los 70 años no entraña ninguna dificultad, los trabajadores
corrientes lo ven de una forma un tanto diferente, puesto que muchos de
ellos siguen realizando trabajos de tipo manual.
Y mientras que un aumento de la edad de jubilación impondría un
sufrimiento considerable, nos ahorraría una cantidad de dinero
notablemente pequeña. De hecho, en un informe de 2013 de la Oficina
Presupuestaria del Congreso ya se comprobó que, en el caso de Medicare,
el aumento de la edad de jubilación apenas ahorraría dinero alguno.
Pero es evidente que Christie —como Jeb Bush, que enseguida se hizo
eco de su propuesta— no sabe nada de esto. Las ideas zombis han devorado
su cerebro. (...)" (Paul Krugman , El País,
26 ABR 2015)
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