24.2.25

La vida a la intemperie. “Los palestinos de Gaza siguen enfrentándose a los ataques israelíes y a condiciones imposibles en su regreso a casa”... «Quice meses de humillación y sufrimiento en el desplazamiento fueron suficientes... Aquí, aunque no encontremos agua ni electricidad, viviremos con dignidad»... dijo al-Qarm, y jura no volver a salir de la ciudad de Gaza «aunque me cueste la vida»... es uno de los más de 500.000 palestinos que han regresado al norte... Los cientos de miles de palestinos que han regresado no lo han hecho en busca de consuelo, sino decididos a recuperar sus tierras en una muestra de desafío y rechazo a su desplazamiento forzoso por parte de Israel. Sin embargo, las familias se encuentran ahora en una batalla por la supervivencia, obligados a vivir a la intemperie... Según los términos del acuerdo de «alto el fuego», se supone que se permite la entrada en Gaza de 200.000 tiendas de campaña y 60.000 unidades móviles de alojamiento, pero en su mayoría permanecen al otro lado del paso fronterizo de Rafah, con Israel obstruyendo su entrada... Las fuerzas de ocupación están impidiendo incluso que la gente regrese a los montones de hormigón que una vez fueron sus hogares, y están siendo desplazadas a la fuerza de sus tierras... Los momentos más brutales ahora son cuando el ejército de ocupación coloca sus vehículos cerca de las casas de los ciudadanos e inunda la zona con disparos, con más de 130 muertos en el último mes... Fares al-Ghoul estaba ocupado asegurando tablones de madera y láminas de plástico intentando crear algún refugio para su familia de siete miembros contra el frío invernal... El sonido de los tanques israelíes situados cerca de la ciudad, a 700 metros de la frontera, retumbaba en la distancia... «Nuestro desplazamiento al sur fue un grave error que no se repetirá», afirmó (Hossam Shabat, periodista, permaneció y sobrevivió en el norte de Gaza desde que comenzó el asalto genocida de Israel hace 15 meses)

"Introducción. Ha pasado poco más de un mes desde que entró en vigor el frágil acuerdo entre Israel y los grupos de la resistencia palestina, y los palestinos que se enfrentaban a desplazamientos forzosos masivos pudieron regresar a sus hogares, barrios y tierras. Muchos se enfrentan ahora a perspectivas desalentadoras de reconstrucción, especialmente en el norte de Gaza, donde la destrucción es casi total y las familias levantan tiendas de campaña sobre los escombros donde antes estaban sus casas.

Hossam Shabat y Rasha Abou Jalal, dos reporteros que trabajan en el norte de Gaza, nos enviaron sendos despachos en los que describen los obstáculos que ponen en peligro la vida de las personas que se enfrentan ahora a la tarea de recomenzar con sus vidas y a la violencia que siguen sufriendo por parte del ejército israelí en el marco del denominado «alto el fuego».

Ciudad de Gaza y Beit Hanun. –

Yusef al-Qarm nunca imaginó que volvería a ver el norte de Gaza. Fue desplazado a la fuerza de su hogar en Shujaiya, un barrio del este de la ciudad de Gaza, poco después de que comenzara el asalto israelí en octubre de 2023. Este hombre de 42 años pudo finalmente regresar, haciendo el viaje desde el sur a través del corredor de Netzarim, la zona militar construida por Israel para dividir en dos la Franja de Gaza. Aunque su casa, y gran parte de la ciudad, han quedado reducidas a escombros, afirma que nunca volverá a salir de aquí.

«Quice meses de humillación y sufrimiento en el desplazamiento fueron suficientes», dijo al-Qarm a Drop Site News mientras trabajaba junto a un grupo de vecinos cavando un pozo cerca del campamento de tiendas donde viven. «Aquí, aunque no encontremos agua ni electricidad, viviremos con dignidad». Jura no volver a salir de la ciudad de Gaza «aunque me cueste la vida».

Al-Qarm es uno de los más de 500.000 palestinos que han regresado al norte tras el acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás que entró en vigor el 19 de enero. Aunque los bombardeos han cesado, el sufrimiento no.

Los cientos de miles de palestinos que han regresado al norte no lo han hecho en busca de consuelo, sino decididos a recuperar sus tierras en una muestra de desafío y rechazo a su desplazamiento forzoso por parte de Israel. Sin embargo, las familias se encuentran ahora en una batalla por la supervivencia, obligados a vivir a la intemperie, dentro de tiendas ruinosas que son poco más que marcos de madera y telas rasgadas que ofrecen una escasa protección contra el frío invernal. No hay agua, ni comida, ni artículos de primera necesidad.

Cuando Ahmed al-Zaanin regresó a su casa en Beit Hanun a principios de este mes, tras meses de desplazamiento, no encontró ningún refugio. Como casi todas las estructuras de este pueblo situado en el extremo nororiental de la Franja de Gaza, su casa había sido reducida a escombros por el ejército israelí.

El hombre de 60 años pasó las tres primeras noches durmiendo sobre las ruinas, expuesto a la lluvia y al frío, sin siquiera una lona para cubrirse, mientras esperaba que le trajeran tiendas y otros suministros. Nunca llegaron. Tuvo que rebuscar entre restos de madera y telas rotas para construir lo que sólo puede describirse como un cuchitril para animales donde él y su familia puedan protegerse mínimamente de los elementos.

La vida en el norte de Gaza se ha vuelto casi imposible de mantener. Conseguir agua o encontrar un trozo de nailon para un tejado son lujos remotos. Según los términos del acuerdo de «alto el fuego», se supone que se permite la entrada en Gaza de 200.000 tiendas de campaña y 60.000 unidades móviles de alojamiento, pero en su mayoría permanecen al otro lado del paso fronterizo de Rafah, con Israel obstruyendo su entrada.

«El acuerdo es frágil», dijo al-Qarm. «Las recientes declaraciones de Trump sobre deportar a los residentes de Gaza están complicando la situación y esto aumenta nuestra preocupación por la reanudación de los combates».

Las fuerzas de ocupación están impidiendo incluso que la gente regrese a los montones de hormigón que una vez fueron sus hogares. Um Mahdi, residente en la zona oriental de Beit Hanún, intentó volver a su destruida casa la semana pasada en lo que se supone que es una zona «segura», pero fue recibida por una lluvia de balas. Uno de sus nietos resultó herido en el ataque. No se trata de un incidente aislado. A miles de personas se les ha impedido llegar a sus casas -o a lo que queda de ellas- y están siendo desplazadas a la fuerza de sus tierras.

Los momentos más brutales ahora son cuando el ejército de ocupación coloca sus vehículos cerca de las casas de los ciudadanos e inunda la zona de disparos. Israel ha violado repetidamente el acuerdo de alto el fuego desde que entró en vigor el 19 de enero, atacando a los palestinos de Gaza casi a diario, con más de 130 muertos en el último mes, según el Ministerio de Sanidad.

(La semana pasada, mientras Hossam Shabat, uno de los coautores de este artículo, documentaba los acontecimientos para Al Yazeera, se encontró atrapado con su colega Mohammed Mohana bajo un aluvión de balas en la zona oriental de Beit Hanun. El asedio duró horas).

El director general de la Oficina de Medios de Comunicación del Gobierno en Gaza, Ismail al-Thawabtah, acusó a Israel de «retrasar deliberadamente la aplicación del protocolo humanitario dentro del acuerdo de alto el fuego». Esta semana, al-Thawabtah declaró a Al Jazeera que «no más de 11.700 camiones de ayuda han entrado en la Franja de Gaza desde que comenzó el alto el fuego, muy por debajo de los 18.000 camiones que deberían haber entrado desde finales de enero».

Al-Thawabtah hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que «asuma sus responsabilidades morales y legales, e intervenga de inmediato y con seriedad para poner fin a este crimen humanitario, y haga rendir cuentas a la ocupación por sus continuas violaciones de las leyes y normas internacionales».

En Beit Hanún, Fares al-Ghoul estaba ocupado asegurando tablones de madera y láminas de plástico en el interior de su dañada casa, intentando crear algún refugio para su familia de siete miembros contra el frío invernal. El sonido de los tanques israelíes situados cerca de la ciudad, a 700 metros de la frontera, retumbaba en la distancia.

«Cuando estalló la guerra, el 7 de octubre de 2023, fui desplazado con mi familia al sur de la Franja de Gaza. Me trasladé más de 9 veces entre las ciudades del sur, huyendo de los bombardeos y buscando refugio», dijo al-Ghoul, de 38 años, a Drop Site mientras se tomaba un breve descanso en los trabajos de la casa.

Se negó a tomarse en serio los comentarios sobre la reubicación forzosa de toda la población. «Trump es un hombre de tratos, sabe muy bien cómo conseguir ventajas», dijo. «Creo que hizo estas declaraciones para intimidar a los países árabes y obligarles a pagar dinero para reconstruir la Franja de Gaza».

Aunque expresó su temor real a que el alto el fuego se desmoronara y se reanudara el asalto israelí, se negó a abandonar de nuevo el norte.

«Nuestro desplazamiento al sur fue un grave error que no se repetirá», afirmó. «Si vuelve a haber guerra, me desplazarán de mi pueblo a otro en la zona de la ciudad de Gaza, pero no volverán a desplazarme al sur de la Franja»."

(Hossam Shabat, periodista de 23 años de Al Jazeera Mubasher, es uno de los pocos reporteros que permaneció y sobrevivió en el norte de Gaza desde que comenzó el asalto genocida de Israel hace 15 meses. Lleva más de un año sin ver a su familia, que tuvo que huir hacia el sur. Su valentía y dedicación a la cobertura de una de las campañas militares más brutales de la historia reciente es casi incomprensible. Hossam ha sido testigo diario de muertes y sufrimientos indecibles. Ha sido desplazado más de 20 veces. Sus colegas han muerto delante de él. El mes pasado resultó herido en un ataque aéreo israelí. Hossam es uno de los seis periodistas de Al Jazeera a los que el ejército israelí ha acusado públicamente de ser terroristas. 

Rasha Abu Jalal es una periodista de la Franja de Gaza. Ha trabajado en varios medios de comunicación cubriendo temas políticos, humanitarios y sociales palestinos. Es miembro permanente del comité de jueces del premio anual Press House.

Voces del Mundo, 20/02/25, Texto original: Drop Site News)

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