20.7.25

«Es una falsedad que Rusia tenga intención de invadir Europa»... ¿cómo lo hará Rusia, que no ha conseguido más que un pequeño territorio en tres años de guerra en Ucrania, para conquistar toda Europa? Los discursos belicistas, tan de moda, y la información, normalmente sesgada, provocan inseguridad, miedo. Y, al final, acaban justificando el rearme... El secretario general de la OTAN es el principal promotor de la consigna de que tenemos que ir a un gasto militar del 5%, cuando nunca en la vida, en el peor momento de la guerra fría, habíamos llegado a estos extremos. Los EE.UU. gastan el 3,4%, y tienen intereses, bases, por todo el mundo. En caso de que se llevara a cabo esto del 5%, supondría un recorte brutal de los gastos sociales. Todo ello parte de una mentira. De la falsedad de pensar que Rusia tiene intención de invadir Europa, antes de cinco años, tal y como se está diciendo... (Vicenç Fisas)

 "Se dedica desde hace muchos años a la investigación de conflictos y paz, cuestión fundamental en la política internacional. Ha escrito casi 70 libros sobre estos temas. Los últimos los ha dedicado, sobre todo, a la situación interna de Europa. Como complemento, ahora publica Manual para crear miedo. Discursos belicistas y rearme militar (Editorial Icaria).

¿Quién, cómo, para qué se crea el miedo?

Hablamos del miedo ante supuestas amenazas. Lo que analizo en el libro es la secuencia por la que los discursos belicistas, tan de moda, y la información, normalmente sesgada, provocan inseguridad, miedo. Y, al final, acaban justificando el rearme. A partir de que Trump dijo hace unos meses que Europa debía espabilarse, que no gastaría su dinero en la seguridad europea, se ha desencadenado una histeria colectiva de una dimensión impresionante, que ha acabado calando en las opiniones públicas. Piensan que Rusia tiene la intención de invadir Europa. Así, todos los países europeos, sean de la OTAN o no, deben rearmarse hasta los dientes, multiplicar por tres o por cuatro los gastos militares para defenderse ante estas presuntas amenazas.

¿Es algo construido de la noche al día y que, sin duda, choca con el buen sentido y la realidad de las cosas?

Es un discurso que no se puede aguantar. Cuando se sigue cada día lo que dice el ministro de Exteriores ruso o las declaraciones de Putin, ves que sienten una amenaza, que es casi existencial, porque consideran Ucrania parte de la Gran Rusia, sobre todo en cuanto a la zona rusófona, al este, que ya ocupó en 2014. En este sentido, cabe preguntarse ¿cómo lo hará Rusia, que no ha conseguido más que un pequeño territorio en tres años de guerra en Ucrania, para conquistar toda Europa?

¿Este neobelicismo europeo no entra en colisión frontal con el mantra, repetido durante años, de que la UE se creó para evitar la guerra?

En 1975, cuando se creó la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), hubo un cambio de paradigma en el pensamiento de la seguridad en toda Europa, incluida la Unión Soviética. Esto lo reflejó muy bien el informe Palme de 1982, en el que se establecía que la seguridad debía ser compartida, a partir del principio de que mi seguridad es tu seguridad. Si yo me rearmo, tú harás lo mismo. Eso no tiene ningún sentido. Con la OSCE comenzaron a promoverse tratados de desarme nuclear, de armas convencionales, medidas de confianza mutua… Íbamos por buen camino. En su discurso, de siempre, Rusia a eso lo llama «indivisibilidad de la seguridad». Algo que siguen diciendo a día de hoy. Lo que pasó es que a finales de los 90, cuando se disolvió el Tratado de Varsovia, la OTAN, en lugar de reforzar esta idea de la seguridad compartida, dejó de lado a Rusia, hasta que se hundiera económicamente. Putin, en el año 2000, empezó a levantar el imperio. Y los rusos lo recuerdan cada día: ¿por qué habéis ampliado la OTAN a los países del Este, que hacen frontera con Rusia? Personas muy conservadoras, como el propio Kissinger, reconocieron que fue un error histórico de primera magnitud no aprovechar las oportunidades que ofrecía la OSCE.

¿El conflicto de Ucrania, tan instrumentalizado, no se escapa, de alguna manera, de la comprensión de los ciudadanos de la UE?

Aquí han confluido varias instituciones y personas con poder de convocatoria para crear un discurso muy artificial, muy manipulado informativamente. Para hacernos creer que estamos amenazados. El secretario general de la OTAN, que cuando fue ministro de Holanda hizo una escabechina a las prestaciones sociales, es ahora el principal promotor de la consigna de que tenemos que ir a un gasto militar del 5%, cuando nunca en la vida, en el peor momento de la guerra fría, habíamos llegado a estos extremos. Los EE.UU. gastan el 3,4%, y tienen intereses, bases, por todo el mundo. En caso de que se llevara a cabo esto del 5%, supondría un recorte brutal de los gastos sociales. Todo ello, en fin, parte de una mentira. De la falsedad de pensar que Rusia tiene intención de invadir Europa, antes de cinco años, tal y como se está diciendo.

¿La reciente celebración del 80 aniversario de la derrota del nazismo, no ha sido otra gran ocasión perdida para reconocer en este hecho el papel de la Unión Soviética, y construir puentes entre los antiguos aliados?

Rusia ha dicho, de manera explícita, que se ha sentido humillada por no ser invitada a los actos de conmemoración del final de la guerra. Si no puedes invitar a Rusia, no haces ninguna ceremonia, pero debes reconocer la verdad histórica. Para mí, es desaprovechar una ocasión, espacios para hablar, negociar, pactar… Ir a las raíces, ver lo que se prometió y no se hizo. Como, por ejemplo, los acuerdos de Minsk de 2014 y 2015 para poner fin al conflicto en el este de Ucrania. Contemplaban, entre otras cosas, la celebración de un referéndum en la parte rusófona, que se modificaría la Constitución… Ningún acuerdo se cumplió. Alemania y Francia, responsables de llevar a cabo el acuerdo, no se comprometieron lo suficiente, y otros países europeos, tampoco. No hay que olvidar todas estas cosas, a día de hoy, que estamos pendientes de esta nueva guerra entre Irán e Israel.

¿Todo esto a la sombra de un recrudecimiento del riesgo de conflicto nuclear?

En 1978 escribí un libro sobre la proliferación nuclear, en el que hablaba sobre los planes de Irán e Israel para dotarse de armas atómicas. En 1956, los EE.UU. proporcionaron a Irán un reactor nuclear de investigación, en el marco de un programa que se llamaba «Átomos para la paz». Irán llegó a un acuerdo con una empresa alemana para construir dos reactores nucleares, y negoció con una francesa con el mismo objetivo. Al principio de la revolución islámica, el ayatolá Khomeini dijo que nada de armas atómicas. Después, optaron por fabricarlas, hasta que a principios de los 90 estuvieron a punto de dejarlo, en negociaciones con John Kerry. En cambio, nunca se ha dicho nada del potencial nuclear de Israel, que data de hace muchos años. En 1986, un científico israelí, Mordejái Vanunu, explicó en un diario británico que Israel disponía de la bomba atómica. Fue secuestrado por el Mossad, encarcelado durante 18 años (once en total aislamiento) y cuando salió de la cárcel se le prohibió abandonar Israel. Que Israel, con armas nucleares, ataque a un país que las quiere tener es muy mala cosa. Cada año hay resoluciones de las Naciones Unidas que piden un compromiso para renunciar a las armas nucleares. Cosa a la que los EE.UU. se oponen de manera sistemática.

¿Cómo es, dónde está, qué hace, el lobby militar europeo, tan a la sombra si se compara con el famoso complejo industrial-militar de los EE.UU.?

La industria militar europea factura unos 150.000 millones de euros al año. Al frente, están Alemania, Francia y el Reino Unido. Después vienen España e Italia, en una escala menor. Aunque la OTAN, desde hace muchísimos años, ha ido repitiendo que hay que armonizar el tipo de armamento, para que sea compatible, en realidad cada país siempre ha sido soberano para decir lo que gasta en temas militares, y disponer de su propia industria armamentística, muy orientada a la exportación. Eso es otro tema que tiene tela… Se venden armas en todos los lugares posibles, sin ningún tipo de control, con muy poca transparencia. Escribí un libro sobre esta cuestión, y por la noche recibía amenazas de muerte. El lobby de la fabricación de armas es muy mafioso. Siempre han hecho cosas a escondidas, esquivando limitaciones. Poco a poco, a través de campañas de los movimientos sociales, se consiguió, por ejemplo, crear un código de conducta sobre la exportación de armas. En teoría, está prohibido vender armas a un país en guerra, o con un conflicto armado. Sin embargo, vendemos sin parar a países que no respetan los derechos humanos, o que están en guerra.

¿Volverá el Movimiento por la Paz, que tan bien conociste e inspiraste, ante este incremento de la violencia, las armas, la guerra, al que estamos asistiendo?

Desde ya hace años, no existe ni en España ni en Europa el Movimiento por la Paz. Ahora hay varios intentos, también aquí, de hacerlo revivir. Para ello, debemos ser capaces de disponer de mucha información para contrarrestar el discurso manipulado que provoca este miedo artificial. Una ingeniería social dedicada a crear enemigos imaginarios, exagerando, manipulando, mintiendo… En toda esta cuestión del gasto en defensa, hay que decir bien alto que los EE.UU. no pagan los gastos de ningún país europeo en defensa. Lo hacen las personas de la calle con sus impuestos." 

(Entrevista a Vicenç Fisas, Peru Erroteta, elTriangle, 20/07/25)

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