"SEMANA 16 4 DE JUNIO
Solo para recuperar la perspectiva, esta es mi lista de desastres en curso: (1) Calentamiento global, (2) Gaza, (3) Ucrania, (4) Trump. No sé lo suficiente sobre Sudán como para situarlo. Pero mi obsesión es Trump.
El proyecto de presupuesto para 2026
Ningún documento revela mejor los objetivos de los gobiernos que sus propuestas presupuestarias. De ahí que haya decidido examinar en detalle la propuesta enviada el 2 de mayo por la Oficina de Gestión y Presupuesto al Senado, “relativa a la recomendación del presidente Trump sobre los niveles de financiación discrecional para el año fiscal (FY) 2026”. La conclusión es que el presidente propone reducir el gasto discrecional no relacionado con la defensa en un 22,6% con respecto a los niveles de 2025 y esta cifra incluye un aumento de 43.800 millones para el Departamento de Seguridad Nacional, alrededor del 7,9% del total. Es una hecatombe. Elimina toda forma de implicación no militar de Estados Unidos en el mundo: todos los programas de ayuda exterior y de participación en organizaciones internacionales, incluidas partidas tan diversas como las misiones de mantenimiento de la paz o los intercambios educativos y culturales. En el plano interno, es antipobres, antiminorías, anticiencia y antimedio ambiente. Contiene algunas partidas sorprendentes, como una importante reducción de fondos en la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, que proporciona previsiones meteorológicas, en los Parques Nacionales y en el Servicio de Impuestos Internos. Elimina de un plumazo 23 pequeñas agencias, entre ellas la Corporation for Public Broadcasting, la National Endowment for the Arts y la National Endowment for the Humanities. Hay que leer todo el documento para apreciar la amplitud y la profundidad de los recortes.
He aquí algunos recortes que no pueden sino afectar al bienestar de la mayoría de la gente, incluidas las bases de Trump. Incluyen todo tipo de programas educativos, desde la educación preescolar, hasta el acceso de las personas con bajos ingresos a la educación superior, los programas de estudio y trabajo y la educación de adultos. Casi todos estos programas estaban condicionados a los ingresos, por lo que afectan casi exclusivamente a las personas con ingresos bajos. Se trituran el programa de reciclaje, el Job Corps, la ayuda al empleo para mayores, las ayudas alimentarias para mayores de 60 años y los almuerzos escolares. Se eliminan los subsidios energéticos para personas con bajos ingresos. Se elimina el programa de ayuda a los sin techo. Los agricultores pierden el Programa de Desarrollo Rural y los Servicios Agrícolas. El gobierno federal ya no protegerá de los desastres naturales: La FEMA sufre severos recortes, al igual que el programa de Seguridad de las Infraestructuras y los Servicios de Refugio.
La reducción del gasto gubernamental propuesta para 2026 no tiene apenas precedentes históricos. Los gobiernos militares de Chile y Argentina redujeron el gasto público en un 26% y un 21%, respectivamente, un par de años después de que asumiera el poder. Entre los gobiernos elegidos democráticamente, el presidente Milei de Argentina efectuó recortes de aproximadamente la misma magnitud que la propuesta de presupuestos para 2026, los propios Estados Unidos redujeron drásticamente el gasto tras las dos guerras mundiales y Grecia lo hizo entre 2010 y 2017. Estas fueron respuestas a crisis –inflación, guerra y bancarrota– y estos son los únicos precedentes históricos en regímenes democráticos. Los recortes efectuados por Thatcher y Reagan, los dos gobiernos que inauguraron la era neoliberal, fueron minúsculos en comparación. Desde un punto de vista histórico, el actual proyecto de presupuesto no es sino una revolución. De nuevo, a excepción de Milei, ningún gobierno elegido democráticamente intentó jamás reestructurar la relación entre el Estado y la sociedad en una medida similar. Sigo sin querer creer, pero he publicado varios artículos argumentando que transformaciones de este alcance no pueden efectuarse en condiciones democráticas. Así que, de nuevo, sólo espero haberme equivocado.
Daños a largo plazo
¿Cuáles son los daños a largo plazo de las medidas aplicadas por la administración Trump, incluidas las medidas no presupuestarias?
El más obvio es el daño a la generación de niños que crezcan en la pobreza. Tenemos pruebas sistemáticas de que tienen más probabilidades de ser pobres en la edad adulta. Se sabe que la desnutrición o la falta de vivienda tienen consecuencias devastadoras para toda la vida. Durante mucho tiempo, Estados Unidos tuvo tasas de pobreza infantil desproporcionadas con respecto a su renta media. Las subvenciones durante la pandemia redujeron bruscamente esta tasa, pero su retirada hizo que volvieran a dispararse. El proyecto de presupuesto recorta el gasto destinado a los distritos escolares para niños de familias con bajos ingresos, elimina las subvenciones para el desarrollo preescolar, suprime un programa de preparación para la universidad de niños de familias con bajos ingresos y el programa de estudio y trabajo que utilizan los niños de familias con bajos ingresos para mantenerse mientras estudian.
Las consecuencias para la salud y la mortalidad también parecen previsibles. La reducción de fondos para el Centro de Enfermedades y la lunática oposición a la vacunación por parte del ministro de Salud y Servicios Humanos ya hicieron al país vulnerable a la creciente epidemia de sarampión. Otras epidemias se están gestando y, como ha demostrado la experiencia de covid, algunas no se pueden predecir. La eliminación de los programas de Abuso de Sustancias y Salud Mental, Agua Limpia y Potable, Superfondo de Sustancias Peligrosas y Peligro del Plomo expone a la población a diversos peligros. La eliminación de la regulación de la seguridad de los productos y las condiciones de trabajo se suma a estos peligros. La gente en general estará menos sana e incluso los ricos no podrán protegerse completamente de las epidemias.
Un término que apareció durante la epidemia de covid y que ya ha desaparecido de nuestro lenguaje es “trabajadores esenciales”. Eran esenciales porque el resto de nosotros no podríamos haber sobrevivido sin que ellos se pusieran en peligro. Muchos de ellos eran cajeros de supermercado, trabajadores del transporte, de servicios públicos, de almacenes y reparto, y empleados de gasolineras. Y muchos de ellos eran inmigrantes, con o sin papeles, documentados o indocumentados, sea cual sea el significado de estos términos. No es éste el lugar para considerar las consecuencias para la economía de su expulsión masiva. Lo que me llamó la atención es que el proyecto de presupuesto elimina los pocos programas que facilitaban su integración en la sociedad: Adquisición de la Lengua Inglesa, Educación para Inmigrantes y el Programa de Refugiados y Niños Extranjeros No Acompañados.
Por último, el tema que más me afecta en lo personal. No sé ni por dónde empezar a pensar en los daños causados a la ciencia. Durante siglos, la mayoría de las sociedades que podían permitírselo financiaron cierta investigación básica, la búsqueda del conocimiento independientemente de sus posibles aplicaciones prácticas. Este apoyo se alimentaba en cierta medida de la creencia ciega de que algo de ello tendría consecuencias para mejorar nuestro bienestar. La evidencia ex-post de que así fue es abrumadora, pero ex-ante no puede predecirse. Cuando yo era niño, la topología, una rama puramente abstracta de las matemáticas, se consideraba una actividad frívola, que luego se aplicó ampliamente a la informática, la biología y la física. Puedo entender que algunas culturas orientadas a la práctica se muestren escépticas ante la financiación de la ciencia básica, pero ¿cómo entenderlo ante ciencia orientada a tener consecuencias prácticas, ciencia destinada a mejorar nuestra salud, nuestra tecnología, nuestra capacidad para comprender el mundo y tomar decisiones cotidianas? ¿Recortar la investigación sobre el clima, la tierra, el espacio. la biodiversidad, la agricultura, la geología, los bosques? Enumero estos temas porque todos ellos están sujetos a recortes presupuestarios o a su completa eliminación en la propuesta de presupuesto para 2026. Estos recortes no sólo harán que sepamos menos, sino que podamos hacer menos.
Podría seguir, pero ya es suficiente. Aun así, una pregunta ineludible es cuáles de estos daños son reversibles. Según Brooke Nichols, profesora asociada de salud mundial en la Universidad de Boston, los recortes de la ayuda exterior ya han provocado unas 300.000 muertes, la mayoría de niños, y lo más probable es que provoquen muchas más de aquí a finales de año. El daño causado a la cohorte de niños pobres en Estados Unidos tampoco es reversible. El daño causado a nuestra salud quizá pueda reducirse, pero sólo lentamente y a un alto coste. Lo mismo ocurre con los daños causados a la ciencia. Lo que se pierde se pierde, pero incluso cuando sea posible revertir el daño llevará tiempo y será costoso.
Perspectivas electorales
La economía tiembla. Tras haber aumentado un 2,4% en el último trimestre de 2024, el PIB real disminuyó un 0,2% en el primer trimestre de 2025. Tres índices de inflación que estaban por debajo del 3% en el último trimestre de 2024 subieron por encima en el primer trimestre de 2025. Pero la base de Trump no se está erosionando. Su base es sólida, en torno al 45%. No se ha movido durante el mes de mayo. Su política antiinmigración es popular, al menos cuando las preguntas de las encuestas se plantean de forma abstracta. Condicionar Medicaid al trabajo también es popular. Aunque el grueso de las reducciones fiscales irá a parar a las rentas más altas, casi todas las personas que pagan impuestos verán una reducción si el presupuesto se aprueba en su forma actual. El enriquecimiento de Trump no parece molestar a su base: no intenta ocultar nada –sus bitcoins, el avión de Qatar– y parece que a sus seguidores no les molesta. Hasta ahora, Trump ha evitado un conflicto abierto con el Tribunal Supremo –algo que el Tribunal parece estar evitando–º y las encuestas indican que su base no se tambalearía, aunque desafiara abiertamente a los "jueces no elegidos", por usar la expresión que él emplea. (...)
Algunas políticas afectarán a las personas de bajos ingresos independientemente de si votan o no y de cómo voten. Beberán agua sucia, consumirán y usarán productos peligrosos y seguirán sin vacunarse. La cuestión es si la base de Trump sufrirá daños perceptibles que puedan atribuirse a las políticas del Gobierno. Entre ellos destaca la disminución de los ingresos reales: la gente experimenta los precios de los huevos cada vez que hace la compra. Pero muchas personas de bajos ingresos que recibieron transferencias monetarias o fueron asistidas por programas gubernamentales no votaron o votaron a los demócratas. Incluso si la eliminación de los cupones de alimentos afecta a 40 millones de personas y si 13,6 millones pierden la cobertura de Medicaid, incluso si la eliminación de otros programas dependientes de los ingresos también afecta a millones, es posible que solo tenga un efecto limitado en la base de Trump. Esto me hace pensar que saqué conclusiones precipitadas cuando pensé que la base de Trump se verá inevitablemente perjudicada.
Hay un artículo académico que me pareció excepcionalmente esclarecedor: “¿Compensar a los perdedores? Economic Policy and Partisan Realignment in the US”, de Ilyana Kuziemko, Nicolas Longuet-Marx y Suresh Naidu. Demuestra que las personas con rentas bajas valoran mucho más los ingresos que obtienen que las transferencias que reciben. Este hecho contradice el supuesto más básico de la economía, pues implica que al menos algunas personas prefieren tener los mismos ingresos con menos ocio que con más ocio. Pero el documento es rico en pruebas y me parece convincente. La explicación obvia es que recibir transferencias del gobierno conlleva un oprobio social, que la gente se siente disminuida por no poder ganarse el sustento. Esto abre la posibilidad de que la eliminación de los programas de transferencias sea aprobada incluso por las personas que las reciben.
Todo esto me hace ser cauto a la hora de predecir las consecuencias políticas de las políticas de Trump. Él y sus acólitos parecen pensar que su apoyo político no está en juego. Sigo pensando que se equivocan, pero no es imposible.
Última hora
Acabo de enterarme de que veinticuatro personas de once países desaparecieron el pasado jueves tras ser detenidas en el Tribunal de Inmigración de la Plaza Federal 26. Los mismos lugares en los que buscaban justicia se convirtieron en trampas. Por más que trato de evitarlo, tiemblo de rabia, de impotente rabia. (...)"
(Adam Przeworski , CTXT, 13/07/2025 )
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