16.12.25

La banca no sabe qué hacer con 16.000 millones de exceso de capital tras años récord de beneficios... pues, teniendo en cuenta que la banca española, instalada en las malas prácticas, es la banca menos solvente de Europa, se la debería obligar a capitalizarse, cuando menos (El País)

 "La banca afronta qué hacer con 16.000 millones de exceso de capital tras años récord de beneficios.

Los años de sangre, sudor y lágrimas han quedado atrás definitivamente. La banca ha pasado página de la gran crisis y su década de consecuencias, en forma de tipos cero que amenazaron su modelo de negocio. Tras la subida en vertical del precio del dinero en 2022, ha encadenado años de beneficios en máximos. El problema, sin embargo, es qué hacer con esos excedentes. En un sector muy maduro, con pocos bancos y oportunidades de inversión, las entidades se debaten entre exprimir el crecimiento, con o sin compras, o devolver este dinero a los accionistas.

De acuerdo a las cuentas del tercer trimestre de 2025, a 31 de septiembre, los seis mayores bancos españoles (Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter y Unicaja) acumulan un exceso de capital de más de 16.000 millones. Es decir, se trata del capital que excede tanto a los requerimientos mínimos fijados por el Banco Central Europeo (BCE) como el suelo mínimo que se han fijado las propias entidades, que suele rondar el 12%. Los inversores consideran que con el dinero sobrante de los balances pueden afrontar compras o pagar dividendos.

La segunda opción ha sido la preferida por las entidades en los últimos años. Durante la crisis y los años posteriores, las acciones de la banca habían pasado por su particular travesía del desierto, cuando cotizaban todos ellos por debajo de su valor en libros. Repartir el exceso de capital con recompras de acciones era una vía válida y efectiva de insuflar vida al precio de sus títulos. Los bancos, sin embargo, ya cotizan por encima de su valor en libros, por lo que esta fórmula está empezando a perder algo de atractivo entre los inversores. Algunos empiezan a reclamar a los banqueros que aprovechen la buena situación para hacer movimientos que no solo les den réditos a corto plazo, sino que miren un poco más allá.

“La clave para los bancos es cómo hacer uso del capital. Muchos están centrados en crecimiento orgánico, pero creo que también veremos operaciones corporativas en los próximos meses. Hay quien está pensando también en posicionarse en posibles fusiones transfronterizas”, indican desde uno de los grandes bancos de inversión que operan en España.

Por entidades, algunos han dado más pistas que otros en el uso de este capital. Quizás el Santander es el que ha ofrecido más certezas, a la espera de que en febrero publique su próximo plan estratégico. La propia presidenta, Ana Botín, aprovechó la última presentación de resultados para explicar al mercado cuál sería su orden de prelación para usar el capital. Primero, el crecimiento orgánico. Después, las distribuciones de dividendos y recompras, y finalmente al inorgánico para terminar con las recompras extra con cargo al excedente de capital que supere el 12%. En concreto, avanzó entonces que repartirá al menos 10.000 millones a sus accionistas entre entre 2025 y 2026, con cargo tanto a sus resultados, en virtud a un pay-out (porcentaje del beneficio distribuido como dividendos) del 50% como al exceso de capital.

Con respecto a lo estratégico, las líneas maestras están marcadas. El Santander apuesta por crecer en negocios de alta rentabilidad y que aporten ingresos en comisiones con los que compensar etapas de tipos de interés más bajos, como los seguros, la banca de inversión, la gestión de activos o la banca privada. Por geografías, ha puesto el foco en Reino Unido y México, a donde acaba de llevar Openbank, y ha comprado el británico TSB para reforzarse en ese país.

El BBVA, por su parte, es la entidad que presenta actualmente un exceso de capital mayor, de algo más de 5.000 millones. No en vano, la entidad se ha pasado 17 meses inmersa en la opa hostil al Sabadell, sin poder recomprar títulos ni adentrarse en otras fórmulas de crecimiento. Ahora acaba de culminar un programa de recompra de acciones por valor de 1.000 millones y espera comunicar otro, “de un tamaño significativo”.

CaixaBank, en su plan estratégico, aseguraba que repartiría todo el capital extra. También apunta en este sentido el Sabadell, que el año pasado hizo una recompra con cargo a su exceso de capital. También Unicaja, el banco español con el nivel de capital más alto, ha dado muestras de cómo retribuirá con él a sus accionistas. Solo Bankinter se sale del guion. No tiene fijado un suelo de capital como tal, más allá del mínimo regulatorio que fija el BCE, y su consejera delegada, Gloria Ortiz, afirmó en la última presentación de resultados que el plan del banco es invertirlo en crecimiento.

“El pico de rentabilidad de la banca ya ha pasado. Ya no vamos a ver las cifras de los años anteriores. Por ello, los bancos estarán obligados a buscar otras alternativas. En primer lugar, las compras en el mismo país, sobre todo con bancos de tamaño mediano. También habrá operaciones de entrada en nuevos negocios menos sensibles a los tipos de interés, como seguros o gestión de activos. Finalmente, ya hemos visto operaciones como la toma del portugués Novo Banco por BCPE o la adquisición de la filial del Santander en Polonia por Erste”, explica un analista del sector.

Otro elemento es intentar crecer orgánicamente, sin compras. En un principio, parece la opción preferida de muchas entidades, pero algunas de las fuentes consultadas dudan de su eficacia. En un mercado tan competido como el bancario en España, las entidades tienen difícil arañar mucha más cuota al resto, más cuando tienen que hacer frente a nuevos actores como Revolut. Prueba de ello es el mercado hipotecario, donde las entidades han echado el resto este año, lo que ha llevado los precios a niveles que han llegado a comprometer la rentabilidad de las operaciones, como han denunciado algunos de los principales ejecutivos del sector.

La clave es quizás más profunda, casi filosófica. Se trata de cuál es el nivel de capital óptimo en un banco, aquel que blinda su viabilidad en caso de turbulencias económicas y también le permite crecer, invertir y prestar a la sociedad. Un asesor de los grandes bancos apunta a que “no tiene sentido” que algunas entidades alcancen hasta el 18%, si bien los bancos centrales apuntan a que el suelo esté, al menos, en el 12%. De hecho, la simplificación regulatoria y cómo se computan estos colchones de capital es uno de los grandes caballos de batalla del sector en este momento."

(Álvaro Bayón , Cinco Días, 15/12/25) 

 

"Daños a los clientes bancarios.

 La oleada de desregulación financiera internacional promovida por los grandes bancos y la Administración de Estados Unidos —que propugna debilitar a los reguladores, reducir las exigencias de capital y de las pruebas de resistencia— coge a España con sus propios problemas financieros previos: un sistema financiero instalado en las malas prácticas y la banca menos solvente de Europa.

Un indicador de las malas prácticas bancarias es la exorbitante cifra de reclamaciones que los ciudadanos realizan a las propias entidades. En 2024 se presentaron 2.086.706 reclamaciones, una cifra por sí sola intolerable, que más que duplica las 828.213 presentadas en 2020, según la Memoria de Reclamaciones del Banco de España.

El malestar de los clientes quedó patente a la vista de cómo se resolvieron sus reclamaciones, ya que solo un 40% fueron favorables al reclamante. En el mismo ejercicio, las reclamaciones dirigidas al Banco de España alcanzaron una cifra récord, 56.099, un 69% más que el años anterior. Lo significativo es que las entidades no acataron un 21% de las resoluciones del supervisor, obligando a los clientes a acudir a los tribunales, como ha destacado Asufin.

La menor solvencia de la banca española ha quedado acreditada por la Autoridad Bancaria Europea, que puntúa el ratio de capital de los bancos españoles con un 13,18%, el más bajo de Europa, en donde 17 países superan el 17%.

Es significativa la preocupación del gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá: “Hemos constatado que la rentabilidad del sector bancario español mejoró en 2024, gracias a que el aumento del margen de intereses y de los ingresos por comisiones fue superior al de los costes y provisiones. Por su parte, las ratios de capital permanecieron estables, cubriendo con creces las exigencias normativas, pero lejos de la media europea. Los beneficios obtenidos el pasado ejercicio no se aprovecharon para recortar esta diferencia con Europa”.

El comportamiento de las entidades viene preocupando a las autoridades desde hace tiempo. El anterior gobernador, Pablo Hernández de Cos, encargó una evaluación externa de la supervisión de conducta a tres expertos: Stefan Ingves, Hanzo van Beusekom y Pedro Duarte Neves. En respuesta a sus recomendaciones, el Banco de España se compromete a “poner el foco en el posible daño a la clientela, frente al enfoque anterior, más correctivo”. También divulgará “los principales riesgos sectoriales identificados desde la perspectiva de la conducta”. Iniciativas relevantes porque los daños han sido gravísimos (desahucios, intereses, comisiones y prácticas abusivas).

La Memoria de Supervisión de 2024 revela que de los 939 empleados con funciones de supervisión, solo un 7% estaban dedicados a asuntos de conducta y solo una de las 145 medidas supervisoras correspondía a expedientes sancionadores. En materia de sanciones, el supervisor está pendiente de un informe jurídico para considerar el aumento de las sanciones, el veto a ciertos productos y la utilización del llamado cliente misterioso o mystery shopping. Supone “la posibilidad de infiltrarnos en las entidades para conocer como tratan de verdad a los clientes”, en palabras de la subgobernadora Soledad Núñez. Medidas imprescindibles ante el asombroso poder de los bancos y la cuantía de los daños."

Andreu Missé , El País, 15/12/25)

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