29.5.23

Co-op Cycle es una federación de cooperativas de reparto de bicicletas con 60 cooperativas afiliadas en Europa. En esta carta abierta, critican el enfoque del Gobierno francés hacia la Uberización y abogan por unos derechos laborales sólidos para los trabajadores de plataformas en toda Europa

 "Hoy [25 de mayo], Elisabeth Borne, Clément Beaune y Olivier Dussopt se dirigen a la comisión de investigación parlamentaria sobre los expedientes Uber. Nosotros, miembros de la asociación CoopCycle, expresamos nuestra preocupación por la posición que adoptará el gobierno francés sobre esta cuestión, mientras se negocia actualmente una propuesta de directiva en el Consejo Europeo, donde Francia está representada por Olivier Dussopt. Pedimos al Gobierno que no legitime este sistema de externalización. Eso equivaldría a apoyar a empresas que se enriquecen socavando los derechos de todos los trabajadores.

Uber, un modelo nocivo para los repartidores

Desde hace muchos años, los problemas derivados de la uberización están escrupulosamente documentados. Las condiciones de trabajo y la remuneración son pésimas y se deterioran constantemente. Los trabajadores trabajan más horas para mantener sus ingresos, lo que afecta a su seguridad y su salud. El número de repartidores precarios está aumentando, incluidos los trabajadores indocumentados y, a veces, ¡incluso menores!

De los 700 repartidores que la asociación CoopCycle ha encuestado en las Casas de Correos, el 75% trabaja más de 6 días a la semana, el 56% reparte entre 9 y 12 horas al día. Por último, el 84% afirma querer seguir en esta profesión por cuenta ajena, ya que considera que el estatuto es más protector.

Para dar la ilusión de que se actúa frente a un modelo desacreditado, se ha creado la ARPE (Autoridad de Relaciones Sociales de las Plataformas de Empleo). Pero con la participación de menos del 2% de los repartidores, su legitimidad es nula. Su único objetivo es preservar el modelo de plataformas.

El acuerdo firmado el mes pasado por el Sr. Dussopt sólo remunera el tiempo de reparto a 11,75 euros la hora, olvidando el tiempo de espera inherente al modelo de reparto. Es como si a los parlamentarios sólo se les pagara durante la sesión, o a los cajeros sólo cuando el cliente está en la caja. ¿Qué forma más absurda de organizar la remuneración puede existir?

Por otra parte, el modelo Uber no es rentable. Tras acumular 33.300 millones de dólares en pérdidas desde 2014, la empresa sigue viviendo de la captación de fondos. La estrategia de este tipo de plataformas es dominar el mercado vendiendo a pérdida. Una vez en situación de monopolio, la plataforma superviviente de esta guerra de precios aumentará sus tarifas para los consumidores, así como los gravámenes a los restauradores y reducirá la remuneración del personal de reparto. Se trata del esquema "el ganador se lo lleva todo", en el que sólo la plataforma gana a costa de los demás actores.

Un modelo tóxico para los repartidores y la sociedad

 En la última década, la uberización ha cuestionado la forma en que se establecen las relaciones de producción en nuestra sociedad. Uber ha surgido como un actor clave en esta redefinición. Este nuevo enfoque, similar al que prevalecía en el siglo XIX antes de la llegada del trabajo asalariado, sitúa al capital y al trabajo por tareas en el centro de los procesos de producción, relegando al trabajador a un segundo plano. Las decisiones importantes, como el salario y la frecuencia de las asignaciones, son tomadas por algoritmos mientras se ignora la inteligencia y la contribución específica de las personas, lo que conduce a una aniquilación de la humanidad en el trabajo.

Sin embargo, las plataformas Uber no han logrado imponerse solas, sino que han contado con el apoyo de opciones políticas. Las revelaciones de los "Expedientes Uber" y las audiencias parlamentarias han puesto de manifiesto la inacción del Estado frente a prácticas agresivas e ilegales, poniendo en peligro la solidez de nuestro modelo social. Esto es tanto más preocupante cuanto que muchos sectores de la economía están siendo víctimas de la Uberización, ya que este modelo se está extendiendo a ámbitos como el transporte de pasajeros, las cajas de los comercios, así como a tareas antaño consideradas más cualificadas, como el marketing o la contabilidad.

Mientras el Gobierno afirmaba recientemente defender la sostenibilidad fiscal del sistema de pensiones de reparto, para ellos debería ser crucial preservar sus ingresos, es decir, ¡las cotizaciones basadas en la remuneración del trabajo a través de los salarios! Pero los actores que se aprovechan de la generalización del trabajo autónomo han jugado hábilmente con la lentitud inherente a la toma de decisiones democrática. Esto constituye un peligro para la perennidad de nuestro modelo social basado en las cotizaciones sociales, tanto de los asalariados como de los empresarios. En efecto, el estatuto de autónomo elimina la cuota patronal de las cotizaciones sociales y el tipo de cotización es inferior al de un asalariado. Además, el aumento de la competencia entre los trabajadores reduce mecánicamente las cotizaciones sociales al disminuir los salarios.

La Uberización es, por tanto, un ataque a la democracia por parte del capitalismo financiero: nadie votó ni quiso sacrificar a los más vulnerables y nuestro modelo social en el altar del beneficio. Pone en peligro un sistema de protección que los repartidores apoyan, y que CoopCycle apoya a través de su modelo de plataforma alternativa propiedad de los trabajadores. ¡Un modelo social que está siendo atacado y que el gobierno debe defender!

Francia debe apoyar la presunción de asalarización

 Un rayo de esperanza reside en la directiva propuesta por la Comisión Europea y votada por el Parlamento Europeo el 2 de febrero de 2023. Propone una presunción de empleo si la plataforma cumple al menos dos de los siguientes criterios: determina el nivel de remuneración o establece límites máximos; supervisa la realización del trabajo por medios electrónicos; limita la libertad de elección de horarios, vacaciones, rechazo de una tarea o subcontratación; establece normas obligatorias específicas sobre apariencia y conducta hacia el cliente final; limita la posibilidad de trabajar para otros clientes...".

Mientras que los diputados franceses del grupo Renew votaron a favor de la directiva en el Parlamento, el Sr. Dussopt defiende una presunción de independencia que va en contra de esta directiva. Nos resulta difícil comprender las señales contradictorias procedentes de la mayoría presidencial sobre esta cuestión. Nos sigue preocupando la posición del gobierno francés sobre la Uberización.

Pedimos al gobierno francés que aclare su posición y que apoye la directiva europea en los términos propuestos por la Comisión.

Este texto está firmado por los militantes de la asociación CoopCycle, dirigentes de las Casas de Correos y fundador de la federación CoopCycle de cooperativas de reparto en bicicleta."                (Brave New Europe, 25/05/23; traducción DEEPL)

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