"(...) Volviendo a Estados Unidos, la FDIC, Federal Deposit Insurance Corporation (Agencia Federal de Seguros de Depósitos) creada en julio de 1933 es la agencia federal que hasta hoy tiene la responsabilidad de garantizar los depósitos en los miles de bancos que se benefician de la garantía del Estado, también se encarga de controlar la seriedad de la actividad de los bancos en cuestión.
En caso de quiebra o rescate bancario, la FDIC aprovecha sus recursos para asegurar la garantía de los depósitos. En marzo de 2023, las quiebras del Silicon Valley Bank y del Signature Bank costaron a la FDIC 20 mil millones de dólares. La quiebra de First Republic que se produjo en abril le costó a la FDIC 13 mil millones de dólares adicionales. (...)
Los recursos de la FDIC son proporcionados por los bancos que garantiza. Obviamente, estos recursos son demasiado débiles para hacer frente a nuevas quiebras, pero la FDIC no quiere reconocer que la situación es problemática. (...)
Hay que tener en cuenta también que los depositantes retiraron 500 mil millones de dólares de sus cuentas en el primer trimestre de 2023. Esta es la mayor retirada que se ha producido en los últimos 40 años. Estas retiradas masivas multiplican las posibilidades de quiebra bancaria en los Estados Unidos, ya que obligan a los bancos a proporcionar liquidez, que no tienen en cantidades suficientes para hacer frente a los riesgos que asumen, a los clientes cuando retiran su dinero. Como no tienen suficiente liquidez disponible de inmediato, los bancos a menudo tienen que vender valores con urgencia. Esta venta es regularmente sinónimo de pérdidas, que, si son demasiado grandes, provocan la quiebra porque los fondos propios son completamente insuficientes. Sin embargo, como hemos visto, una quiebra supone un recurso al FDIC, ya casi seco, para salvar al banco en cuestión. (...)
Los bancos estadounidenses, como los bancos de otros continentes, están jugando constantemente con los depósitos de sus clientes asumiendo altos riesgos para obtener el máximo beneficio a corto plazo. Los más grandes acechan a los bancos medios para comprarlos a precio de ganga y aumentar su potencia. El mayor banco estadounidense, JPMorgan, acaba de comprar First Republic.
¿Son los bancos europeos más fuertes que los de Estados Unidos?
No está nada claro. La quiebra de Credit Suisse 4 está ahí para mostrárnoslo. El Deutsche Bank, que es uno de los grandes colosos con pies de arcilla, está permanentemente al borde del precipicio. Y no es el único banco que está en esta situación.
Contrariamente a las afirmaciones de que los fondos propios de los bancos europeos son lo suficientemente altos como para hacer frente a los riesgos de pérdidas, son demasiado bajos para hacer frente a grandes pérdidas. La ponderación de los activos por el riesgo les permite mentir sobre la parte real de sus fondos propios en relación con su balance. Es un método de cálculo autorizado por el comportamiento cómplice de las autoridades encargadas de la regulación y la seguridad bancaria. Este método de cálculo permite a los bancos afirmar que la relación entre sus fondos propios y su balance es superior al 12%, cuando en realidad oscila entre el 3 y el 6% 5. Esto significa que si un banco sufre una pérdida del 3 al 6% de todo su balance, se encuentra al borde de la quiebra.
El Credit Suisse, justo antes de su quiebra en marzo de 2023, afirmaba que la relación entre sus fondos propios y su balance era del 18%. Sin embargo, sus fondos propios se desvanecieron como la nieve al sol en unas semanas o incluso días. En sus fondos propios, el Crédit Suisse incluía, con el acuerdo de la autoridad bancaria y el comité de Basilea, los famosos AT1 que ascendían a 17 mil millones de francos suizos. Se redujeron a cero durante el fin de semana del 18 y 19 de marzo de 2019.
En efecto, un AT1 es una obligación convertible. Los AT1 son vendidos como obligaciones por las empresas que los emiten para financiarse. Es un título de deuda para su comprador, da derecho a un interés garantizado. El interés es más alto que para un bono normal, generalmente oscila entre el 5 y el 8%. En el caso de Credit Suisse, el tipo de interés era del 8%, lo que es alto e indicaba que el comprador corría un riesgo. En efecto, estas obligaciones pueden convertirse en equities, es decir, en acciones, por lo tanto, capital de riesgo. Los AT1 son el producto de la crisis de 2008. Mientras que eran títulos de deuda, fueron aceptados por las autoridades de supervisión bancaria como parte del capital de la empresa y, por tanto, de sus fondos propios. Las autoridades lo hicieron para permitir que los bancos pudieran aumentar artificialmente sus fondos propios teniendo que intentar realizar un aumento de capital.
¿Está bien asegurada la garantía de los depósitos en los bancos europeos?
Desde el punto de vista financiero, esto está lejos de ser así. También hay que tener en cuenta que no existe un fondo europeo de garantía. Cada fondo es un fondo nacional. (...)" (Eric Toussain , Viento sur, 17/Jun/2023)
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