"(...) Estuve en China una semana a principios de este mes, y es realmente impresionante lo que han conseguido hacer. Creo que no se comprende del todo, no solo en términos de industria, sino en un sentido más amplio. Lo que hicieron fue, ante todo, observar lo que le estaba ocurriendo a Rusia.
Vieron cuándo se impusieron las sanciones y los aranceles, cuándo se atacó al rublo bajando el precio del petróleo —en un momento incluso llegó a ser negativo—. Vieron todo eso y, al igual que Putin, decidieron que la autosuficiencia era la única respuesta: tenemos que ser completamente autosuficientes y alejarnos de la dependencia de Estados Unidos. Y lo han conseguido.
Y en realidad, dependen solo de unas pocas cosas, como aviones, ciertos barcos y algunos otros elementos. Pero en gran medida, no son dependientes. De hecho, lo han invertido, porque ahora es Estados Unidos el que depende más de las cadenas de suministro chinas que China de los componentes estadounidenses. Así que se han vuelto autosuficientes. Pero, en realidad, la historia importante —y la que creo que no se entiende bien— es la de la inteligencia artificial. No han seguido la vía estadounidense de los grandes centros de datos. Quiero decir, me dijeron —y eran personas con mucha experiencia—: “Mira, la inteligencia artificial estadounidense se basó en necesidades militares: localizar, identificar objetivos hostiles y luego atacarlos.”
Afganistán, Irak, Gaza… todos sabemos cómo se está utilizando la IA de esta manera: para determinar quién en Gaza podría tener alguna conexión con Hamás, basándose en el análisis de comunicaciones y movimientos. Todo esto requiere enormes centros de datos y cantidades masivas de información. Y los chinos dicen: “Bueno, ¿qué van a hacer los estadounidenses cuando tengan todos esos datos? Quiero decir, no es necesariamente información buena; vemos que parte de ella es errónea. Pero, ¿qué van a hacer con ella cuando la tengan?” “Nosotros hemos hecho algo diferente”, dirían los chinos. “En realidad, hemos difundido la IA en aplicaciones sencillas para la industria. En cierto modo, es una forma de automatización y robótica.”
Y esto ha transformado las cosas. Hablé con un gran industrial que tiene muchas fábricas, y me decía: no puedes imaginar cómo una simple aplicación de la IA a nivel industrial práctico —no en el gran centro de datos, no en el lado del gran cómputo— lo ha cambiado todo. Dijo, por ejemplo: he tenido muchas fábricas. Si tomo una como ejemplo, el año pasado empleaba a 2.000 personas; este año emplea a 200. Esta es la magnitud del cambio técnico que está ocurriendo. Por supuesto, una de las implicaciones de eso es el desempleo en China. Pero, como el crecimiento fue de alrededor del 6% en China en el último trimestre, él estaba convencido de que la mayoría de la gente encontrará trabajo.
Pero, quiero decir, lo realmente sorprendente fue cuando dijo que, ya sabes, lo que esto ha hecho por China es que en realidad tenemos deflación de precios, porque nuestras industrias son ahora mucho más eficientes y competitivas. Estamos avanzando por un camino de deflación de precios, mientras que Occidente está en un ciclo de inflación. Y el significado era evidente: ¿cómo puede Occidente vender a China cuando China ha logrado un cambio tan enorme en su competitividad? No veo cómo eso va a ser posible. Así que ahora están en una posición muy fuerte, y creo que se sienten bastante seguros en esa posición. Así que, cuando miras eso, vuelven a mirar a Occidente y su enorme inversión en IA, y dicen que, ya sabes, creemos que hubo una gran reunión y discusión sobre la IA justo antes.
Bueno, como dije justo antes, la esencia de todo era realmente la sensación de que, ya sabes, la riqueza de Dios estaba completamente equivocada. Nunca obtendrán los ingresos de esos grandes centros de datos —eso es algo que podemos ver, obviamente. No van a conseguir los ingresos necesarios para justificar este gasto. Y lo que estáis haciendo en Occidente con esto es, en realidad, dejar sin inversión a las pequeñas fábricas y a las pequeñas empresas, porque ahora toda la deuda está contraída y todo el dinero se está canalizando hacia, ya sabes, el magnífico salto adelante—los grandes gigantes de la IA de Estados Unidos. Pero vosotros no tenéis botones. Y el punto que él planteaba—el industrial dijo: “Mírame. Es decir, he implementado, por así decirlo, una especie de IA difusa, a nivel operativo—y tengo ingresos.”
Estoy vendiendo más. Estoy vendiendo en toda Asia y a Europa, así que tengo ingresos reales que puedo identificar gracias a la IA. Tú no tienes ingresos. Y lo otro que llama la atención es que han creado todo un ecosistema financiero a su alrededor; esa es la diferencia. Todo se gestiona mediante aplicaciones, y las aplicaciones occidentales, en general, no funcionan. Pero, ya sabes, tienen algo como WeChat, que cuenta con más de mil millones de usuarios chinos. Y también Alipay, porque a veces se solapan. Así que tienen una esfera financiera. Y, por supuesto, la IA se ha incorporado a través de Alibaba —el Amazon de China—, así que todo forma parte de este proceso. Van a obtener ingresos por ambas vías.
Y van a obtener ingresos porque han optado por una forma diferente de inteligencia artificial: el código abierto, de modo que otros estados pueden utilizarla. Es mucho más adaptable y sencilla porque no se basa en enormes cargas de datos ni en gigantescos hangares llenos de ordenadores, como en el sistema occidental. Así que este es, por así decirlo, el gran logro: la autosuficiencia.
Tienen una posición altamente competitiva. Tienen la ventaja, y nosotros la hemos perdido. Quiero decirlo claramente: ellos tienen la ventaja en todos estos aspectos. Y tendrán aún más ventaja porque, al final del día, prosperan.
No soy un experto en IA, pero creo firmemente que su enfoque hacia la IA será el que domine en Asia y los BRICS. El modelo occidental, con su pesada carga de datos y sensores, consumirá demasiada inversión y acabará por colapsar. Ya lo veremos. Pero por eso están tan seguros de sí mismos. (...)"
(Entrevista con Alastair Crooke, Glen Diesen, Sociología Crítica, 14/12/25)
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