"El crecimiento del comercio mundial pierde impulso en
tanto que persisten las tensiones comerciales. En 2019 y 2020 seguirán
soplando fuertes vientos en contra del comercio mundial como
consecuencia de un crecimiento en 2018 más lento de lo previsto debido a
tensiones comerciales en alza y a una mayor incertidumbre económica.
Los economistas de la Organización Mundial de Comercio
(OMC) prevén que el crecimiento del volumen del comercio de mercancías
descienda a un 2,6% en 2019, frente al 3,0% en 2018. Si se aliviasen las
tensiones comerciales, el crecimiento del comercio podría repuntar en
2020, hasta el 3,0%.
Eso sí, un repunte marcado por la precariedad y la vulnerabilidad. Incertidumbres frente al brexit
(la salida británica de la Unión Europea), revueltas sociales en
Francia, falta de consenso entre los gobiernos uropeos sobre cómo
continuar con las negociaciones comerciales con Estados Unidos,
proteccionismo, guerra comercial, y un nivel de deuda pública y privada
superior a la de la anterior precrisis del 2008, son los datos de la
realidad.
Todo este panorama se verifica a pesar de las
políticas de la Reserva Federal, así como los estímulos en China que se
han convertido en los instrumentos idóneos para evitar que la economía
mundial enfrente una posible recesión este año. Los Bancos Centrales (de
EEUU y la zona Euro) han decidido retrasar la subida de las tasas de
interés, para seguir trasmitiendo respiración asistida a sus economías.
Christine Lagarde, la directora gerente del Fondo Monetario
Internacional (FMI), previo a la reunión de primavera del 12 al 14 de
abril del FMI y el Banco Mundial, precisó el "inestable" panorama
económico mundial y señaló que "la economía mundial atraviesa un momento
delicado en el que el 70 por ciento experimenta una desaceleración ,
cuando hace solo dos años el 75 por ciento de la economía mundial
registraba un repunte del crecimiento." (...)
El Director General de la OMC, Roberto Azevêdo, afirmó que "teniendo en
cuenta que las tensiones comerciales van en aumento, nadie debería
sorprenderse de estas perspectivas”.
(...) un conjunto de factores, como los nuevos aranceles y las medidas de
retorsión ( acto perpetrado por una nación sobre otra en represalia por
un acto similar perpetrado por la otra) que afectan a las mercancías más
comercializadas, el debilitamiento del crecimiento económico mundial,
la volatilidad de los mercados financieros y la imposición de
condiciones monetarias más estrictas en los países desarrollados, han
supuesto un lastre para el crecimiento del comercio. Según las
estimaciones de consenso, el crecimiento del PIB mundial se ralentizará y
pasará del 2,9% en 2018 al 2,6% en 2019 y 2020. (...)
La desaceleración de las economías del sector exportador, ocasionadas
por el proteccionismo y las guerras comerciales ha causado un
debilitamiento de las exportaciones y estarían empezando a trasladarse a
las inversiones empresariales y por ende agravando las condiciones
laborales y sociales, con el consiguiente aumento de desempleo y
precarización. (...)
Los economistas de la OMC han intentado cuantificar
los efectos económicos a medio plazo de un conflicto comercial de
mayores dimensiones en el que la cooperación internacional respecto de
los aranceles se desintegre por completo y todos los países fijen
aranceles de manera unilateral (Bekkers y Teh).
Según ese estudio, esta situación, que sería la "más
pesimista", provocaría que el PIB mundial cayera aproximadamente un 2%
en 2022, y que el comercio mundial se redujera en torno al 17% respecto
de las previsiones de referencia. A título comparativo, en 2009 el PIB
mundial y el comercio mundial se contrajeron en aproximadamente el 2% y
el 12%, respectivamente, a raíz de la crisis financiera.
Otros riesgos para las perspectivas comerciales son más difíciles de cuantificar. Por ejemplo, los efectos del brexit
dependerán del carácter del acuerdo que puedan alcanzar el Reino Unido y
la Unión Europea, y las repercusiones se restringirían sobre todo a
esas economías. Una de las hipótesis más probables del brexit es un menor nivel de inversión en el Reino Unido, lo cual tendería a reducir la capacidad productiva con el tiempo
En realidad todos los organismos empeoran sus
previsiones pero evitan por activa y por pasiva la palabra recesión: no
vaya a ser que Wall Street se engripe. Todos saben, por experiencia, que
cualquier señal de debilidad alienta los temores de una recesión. La
precariedad del capitalismo en su fase actual especulativa alienta una
recaída de la mayor economía del mundo, lo que puede traducirse en una
recesión u otros impactos económicos y financieros de alcance global." (Eduardo Camín, Estrategia.La, 10/04/19)
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