2.12.24

La situación financiera y geopolítica francesa muestra un país en crisis irreversible. Con Macron listo para la apuesta (apocalíptica)... Barnier advirtió que: «Habrá una tormenta, una situación financiera bastante grave»... Si la situación económica y financiera del país transalpino ha de considerarse dramática, la situación diplomática y militar en el que ha sido su principal pasto durante más de un siglo no es mejor. Nos referimos, por supuesto, a África... en los últimos días cuando han llegado otros dos truenos, Chad rescinde el acuerdo de defensa, y Senegal cierra todas las bases francesas en el país... Francia está perdiendo por completo toda el África subsahariana y con ella un enorme pulmón económico, así como una de sus zonas de influencia diplomática y cultural más importantes... corre el riesgo de degradarse de país de importancia internacional a país de segunda categoría... Desde esta perspectiva, se puede entender perfectamente la actual política extremadamente agresiva de Macron, que querría declarar la guerra a Rusia, con una apuesta digna de un jugador de póquer para anular el doble Waterloo financiero y africano que está sufriendo su país (Giuseppe Masala)

 "El propio jefe del Gobierno, Barnier, advirtió inmediatamente al Parlamento de París de la grave situación de los tipos, instándole a aprobar el presupuesto y subrayando que: «Habrá una tormenta, una situación financiera bastante grave». Todas estas son cosas que para nosotros los italianos son una película muy vista pero que en Francia generan un gran desconcierto. Desde hace décadas, París goza de un trato en los mercados financieros - tanto en lo que se refiere a la deuda pública como al mercado interbancario - inimaginable para nosotros, los italianos. Un trato, huelga decirlo, propio de un país vencedor de la Segunda Guerra Mundial, y que por tanto goza de privilegios para los demás absolutamente impensables y desorbitados.

Si la situación económica y financiera del país transalpino ha de considerarse dramática, la situación diplomática y militar en el que ha sido su principal pasto durante más de un siglo no es mejor. Nos referimos, por supuesto, a África, colonizada en gran parte por Francia desde el siglo XIX y que ve -hasta el día de hoy- numerosos países bajo el yugo neocolonial transalpino. Un yugo que es económico, al estar constituido por concesiones mineras fundamentales pero también por mercados de salida para los productos franceses; monetario, debido al franco CFA que es una moneda «garantizada» por la Banque de France; militar, dado que existen innumerables bases francesas en África.

 A medida que China y Rusia han ido penetrando en África en los últimos años, el debate en África sobre la dependencia neocolonial de París se ha vuelto cada vez más acalorado, y muchos países, entre ellos la República Centroafricana, Malí, Níger y Burkina Faso, han llegado al extremo de facto, cortando esencialmente el cordón umbilical con París.

Pero es en los últimos días cuando han llegado otros dos truenos a los palacios políticos franceses: el Ministerio de Asuntos Exteriores de Chad emitió un comunicado informando a la opinión pública de la rescisión del acuerdo de defensa de 2019 con Francia, mientras que el recién elegido presidente senegalés Faye anunció en una entrevista su intención de cerrar completamente todas las bases francesas en el país.

Basta con mirar un mapa de África para darse cuenta de que Francia está perdiendo por completo toda el África subsahariana y con ella un enorme pulmón económico, así como una de sus zonas de influencia diplomática y cultural más importantes. La Galia corre el riesgo de degradarse de país de importancia internacional a país casi marginal y de segunda categoría.

 Desde esta perspectiva, se puede entender perfectamente la actual política extremadamente agresiva de Macron, que querría declarar la guerra a Rusia: con una apuesta digna de un jugador de póquer, querría anular el resultado del doble Waterloo financiero y africano que está sufriendo su país y que corre el riesgo de rebajar definitivamente su posición internacional."              

( , L'Antidiplomatico, 02/12/24, traducción DEEPL, enlaces en el original)

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