12.1.25

El Vaticano permite que hombres homosexuales asistan al seminario en Italia... Los aspirantes al sacerdocio no deberán ser descalificados en virtud de su orientación sexual, según las directrices aprobadas esta semana... “Es la primera vez que veo en un documento aprobado por el Vaticano la insinuación de que el discernimiento sobre si un homosexual puede ingresar al seminario no puede determinarse simplemente por su orientación sexual” (Elisabetta Povoledo)

 "El Vaticano ha aprobado nuevas directrices para Italia, según las cuales no se puede rechazar a un aspirante al seminario por el mero hecho de ser homosexual, siempre que permanezca célibe.

Las directrices dicen que los directores de los seminarios deben considerar la orientación sexual solo como un aspecto de la personalidad del candidato.

 Los lineamientos no modifican la doctrina de la Iglesia católica de que las “tendencias homosexuales” son “intrínsecamente desordenadas” y de que los hombres con tendencias homosexuales “profundamente arraigadas” no deben ser sacerdotes. Pero aclaran que si un candidato mantiene su castidad, la orientación sexual no debería descalificarlo para acceder al sacerdocio.

La Iglesia católica ha tenido dificultades durante años con la contradicción de que el sacerdocio ha sido durante mucho tiempo un refugio para los homosexuales, mientras que la doctrina de la Iglesia rechaza las relaciones entre personas del mismo sexo.

Es poco probable que los obispos de otros países donde se condena habitualmente la homosexualidad consideren lineamientos similares a los de los obispos italianos.

Las directrices —adoptadas por la Conferencia Episcopal Italiana en noviembre y aprobadas por la oficina del clero del Vaticano— entraron en vigor el jueves por un periodo de prueba de tres años. Abarcan diversos aspectos de los años que un candidato se forma en los seminarios, las escuelas que preparan a los hombres para el sacerdocio.

“Es la primera vez que veo en un documento aprobado por el Vaticano la insinuación de que el discernimiento sobre si un homosexual puede ingresar al seminario no puede determinarse simplemente por su orientación sexual”, dijo el sacerdote James Martin, un destacado partidario de que la Iglesia acoja mejor a los católicos homosexuales.

“Mi lectura de esto, y es solo mi lectura”, añadió el padre Martin, que reside en Nueva York, “es que si un hombre homosexual es capaz de llevar una vida emocionalmente sana, casta y célibe, puede ser considerado para su admisión en el seminario”.

La delicadeza de la cuestión quedó patente el año pasado, cuando surgieron informes de que el papa Francisco había utilizado un insulto antigay al responder a los obispos italianos en una conferencia celebrada en mayo sobre la admisión de homosexuales en los seminarios.

En sus comentarios, Francisco dijo que ya había demasiada homosexualidad en los seminarios católicos, utilizando un término peyorativo para describirla, según los obispos que asistieron a la conferencia. El Vaticano se disculpó posteriormente.

En junio, el Papa fue acusado de nuevo de repetir un insulto antigay durante una reunión con sacerdotes en Roma.

El uso repetido del insulto escandalizó a muchos católicos que habían aceptado el mensaje en su mayoría inclusivo de Francisco, que instaba a la Iglesia a ser más acogedora con los miembros de la comunidad LGBTQ. El pontífice se ha reunido a menudo con activistas de los derechos de los homosexuales, y en 2023 decidió permitir a los sacerdotes bendecir a las parejas del mismo sexo, pero no bendecir sus uniones.

Martin, que se reunió con Francisco tras los episodios del año pasado, compartió posteriormente una publicación en las redes sociales que decía: “Con su permiso para compartir esto, el Santo Padre dijo que ha conocido a muchos seminaristas y sacerdotes buenos, santos y célibes con tendencias homosexuales”.

Sin embargo, Francisco ha expresado repetidamente su preocupación por el hecho de que los candidatos homosexuales al sacerdocio puedan acabar teniendo relaciones y viviendo lo que describió como una doble vida.

En 2016, dio luz verde a un documento sobre las vocaciones sacerdotales en el que se afirmaba que no debía permitirse el ingreso en los seminarios a los hombres con tendencias homosexuales “profundamente arraigadas”, retomando un documento de 2005 aprobado por Benedicto XVI.

Los directores de seminarios han interpretado estas instrucciones de distintas maneras, pero las nuevas directrices ofrecen cierta claridad.

Las directrices, publicadas el jueves en el sitio web de la Conferencia Episcopal Italiana, mencionan la prohibición incluida en el documento de 2016 que deja fuera a los hombres con tendencias homosexuales profundamente arraigadas, pero también afirman: “Al referirse a las tendencias homosexuales en el proceso de formación, conviene también no reducir el discernimiento solo a este aspecto, sino, como con cualquier candidato, comprender su significado dentro del cuadro global de la personalidad del joven”.

Las directrices también dicen que “el objetivo de la formación del candidato al sacerdocio en la esfera afectivo-sexual es la capacidad de acoger como un don el elegir libremente y vivir responsablemente la castidad en el celibato”. Las secciones de las directrices sobre la importancia del celibato no difieren en función de la orientación sexual.

“Es un paso adelante”, dijo Francis DeBernardo, director ejecutivo de New Ways Ministry, un grupo con sede en Maryland que apoya a los católicos homosexuales.

“Aclara declaraciones previas ambiguas sobre los candidatos homosexuales al seminario, que causaban mucho temor y discriminación. Y esta aclaración trata a los candidatos gays del mismo modo que se trata a los candidatos heterosexuales. Ese tipo de trato igualitario es lo que la Iglesia debería establecer en relación con todas las cuestiones LGBTQ+”.

( , The New York Times, 11/01/25)

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