15.5.15

Las élites españolas hicieron un pacto tácito con las hegemónicas alemanas sobre cuál sería nuestro papel en la Unión Europea... el de comparsas

"Resulta triste, decepcionante la actitud que la mayoría de las actuales élites patrias, políticas y económicas, están adoptando alrededor de la situación griega. 8...)

Esas élites hicieron un pacto tácito con las hegemónicas del centro y norte de Europa sobre cuál sería nuestro papel en la Unión Europea y en el mundo. España debía abandonar una política industrial activa y acometer un intenso proceso de desindustrialización. Y de aquellos barros los actuales lodos. (...)

Las élites patrias rápidamente asumieron negocios de donde obtener pingües beneficios: privatización de los antiguos monopolios naturales, servicios de muy bajo valor añadido, y una bancarización excesiva. 

Y de esa dinámica, la mayor burbuja inmobiliaria de la historia, una deuda impagable (4,3 billones de euros), un sistema bancario inservible, cada día más sistémico, y un hundimiento de la productividad total de los factores. 

España, sin haber alcanzado elevados niveles de empleo en el sector industrial, fue en el sector servicios en el que creció fuertemente. Sin embargo, recuerden ustedes la tercera ley de Kaldor, los empleos industriales son muy productivos y su escasez limita su potencial como motores de crecimiento. (...)

En este contexto, las élites del norte asumen que el papel de Alemania es el de un país donde la industria y el sector exterior tienen un peso relevante. Como consecuencia persiguen ya no solo exportar aquellos productos en los que tiene una ventaja comparativa interna y externa, sino también otros muchos que no necesariamente responden a aquellas cosas que mejor saben hacer, pero que las hace mejor que otros. 

Dado que Alemania es eficiente en múltiples sentidos, tiene ventajas en muchos productos y toma esa ventaja. Su tasa de exportación es superior al 50 por ciento del producto interno bruto, y en realidad exporta cualquier producto que se pueda vender allende sus fronteras competitivamente, independientemente de la ventaja interna relativa. Como resultado, Alemania ha crecido más rápidamente que otros países europeos, y ha acumulado mucho más poder.  (...)

Este comportamiento de Alemania afecta claramente a países como Grecia, Portugal, o España. Al movernos en un entorno dentro de la Unión Europea donde Alemania está llevando a cabo todas las posibilidades de exportación donde tiene alguna ventaja, disminuye la oportunidad del resto para exportar, lo que crea una disfunción a largo plazo en dichos países del sur, donde, recordemos, sus élites se plegaron al impulso teutón. La superioridad alemana se perpetúa.

A diferencia de Alemania, que después de la Segunda Guerra Mundial protegía sus industrias de la competencia estadounidense, Grecia, en la actualidad, no tiene tal protección.  (...)"            (Juan Laborda, Vox Populi, 25/04/2015)

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