"(...) Manuel Monleón Pradas:
Veo en la miscelánea de CV-SLA que en “debats” habéis discutido (o leído un artículo) sobre el confinamiento durante la covid. Os digo mi opinión, discrepante quizá de la mayoría de cierta izquierda, que ve o vio en aquello una maniobra preparatoria para la instauración de la dictadura mundial.
Cuando se produjo aquello, el desconocimiento era total. Se movilizó en muy poco tiempo a todo el personal que podía saber o aportar algo. De eso soy testigo directo, porque inmediatamente se me llamó a participar en un comité (mi modesta ‘contribución’ fue una idea para producir mascarillas reutilizables, que no salió adelante quizá por absurda, por imposible a corto plazo, o porque era mejor vender muchas que pocas). En aquellas reuniones de los primeros días nos juntábamos gentes de todos los centros de investigación de España e incluso extranjeros (siempre telemáticamente), y aquellas empresas que conocíamos que tenían posibilidades y equipos. Hubo muchos comités y reuniones de ese género, con diferentes especialidades. Todo el mundo partía de cero, o de un infinitésimo. Lo que quiero decir es que, desde mi experiencia personal, yo afirmo que se sabía muy poco del origen, del peligro, y del riesgo, y se afrontaba una situación para todo el mundo nueva, en la que había que improvisar ideas que no tenían más filtro que… nuestra propia ignorancia y faliblidad. Porque, en efecto, no hubo dioses que nos soplaran al oído de qué iba la cosa, y ninguno de los actuantes tenía la cualidad de siquiera semidios.
En esas circunstancias, el poder público, en mi opinión, actuó correctamente al decretar el confinamiento como medida preventiva, conservadora. Me veo confirmado en esta apreciación cuando veo el paralelo con lo que acaba de suceder en Valencia. También un confinamiento a las 8.00 de la mañana, cuando la alerta era ya roja pero no había pasado aún nada, ni siquiera había llovido, hubiera sido una medida preventiva y conservadora (de vidas) correcta, aunque “el estado nos privase de libertad”.
Antonio Navas:
Estoy total, completa y absolutamente de acuerdo con Manuel.
Yo
lo viví como sanitario en un centro de salud. No teníamos ni idea, ni
idea, de lo que se nos venía encima. Ni la más remota idea.
Recuerdo a algún compañero cubano, anticipándose, más acostumbrados que nosotros a epidemias naturales o provocadas, sugiriendo medidas básicas: lavado de manos improvisando con lo que tuviéramos: barreños con agua y lejía; mascarillas o protectores con lo que pudiéramos, y… el director de mi centro riéndose por debajo del bigote de las medidas tercermundistas que proponía mi compañero, más avezado que los demás y con experiencia sobre suelo cubano.
En
todo lo que sucedió a continuación me parece que no se pecó de exceso,
en todo caso al contrario en alguna ocasión; lo de las residencias de
ancianos creo que es caso aparte y pone el foco justamente en lo
privado; y las barbaridades vinieron de los libérrimos ayusistas y
compañía, y de los criterios médicos y asistenciales que establecieron.
No
me extiendo porque es asunto en el que ningún artículo ni texto me ha
hecho dudar hasta ahora; tampoco ese artículo crítico que se ha pasado,
aún cuando pueda tener algún argumento abstractamente razonable.
José Luis Martín Ramos:
Gracias Manuel, estoy por completo de acuerdo contigo. Los que lo han criticado a posteriori se olvidan, o no quieren recordar, aquella situación que vivímos. Los que la criticaron entonces pecaron de ignorancia o fueron unos irresponsables. (...)"
(Salvador López Arnal, blog, 30/11/24)
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