27.7.21

La debilidad de España: Sánchez se encontrará con los dueños de las grandes empresas españolas. Cuando se reúna con Larry Fink, el CEO de Blackrock, lo hará con el dueño de media España, con el principal accionista del Ibex y de Iberdrola o del Santander... es un síntoma de cuál es nuestra posición en el mundo, y del lugar secundario al que hemos quedado relegados

 "Es el momento clave, el de la recuperación económica, y Sánchez, aclarado el frente interno, avanza en la dirección que de verdad le expulsará o le hará permanecer en la Moncloa, la economía. Su visita a EEUU, tejida por Iván Redondo, es el primero de diferentes pasos.

El viaje del presidente a Estados Unidos parece destacar por las ausencias: no será acompañado por las grandes empresas españolas y tampoco se reunirá con Biden. Ambas cosas son lógicas. Por una parte, en la medida en que no se trata de una visita de Estado, sino de un ‘roadshow’, de un intento de recaudar fondos, no precisa ir de la mano de grandes empresarios españoles, en el caso de que los hubiera. Por otra, el encuentro con Biden tampoco tiene mucho sentido, dada la finalidad del viaje.

 No es la geopolítica, sino la economía

España no pinta demasiado en el entorno geoestratégico, al menos desde la perspectiva estadounidense, dado que la prioridad es China. Esta nueva guerra fría se está jugando en varios planos, y en ninguno de ellos España parece relevante. (...)

España puede aportar muy poco en este contexto, no somos una potencia tecnológica, no contamos con grandes recursos energéticos y nuestra política exterior depende en gran medida de la UE. Solemos alinearnos con Alemania y Francia, por lo que si Biden tiene que hablar con alguien, habla con ellas.

Los intereses estadounidenses en España no se asientan en el plano geopolítico, sino en el económico. Los encuentros que Sánchez mantendrá con los grandes fondos de inversión, como Blackrock, Goldman Sachs, JP Morgan o Soros Fund Management, tendrán como primera finalidad generar confianza respecto del recorrido próximo de la economía española, asegurar que no habrá excentricidades, que todo seguirá la senda correcta y que, por tanto, España es un buen destino de inversión. 

Por eso es poco relevante que las grandes empresas nacionales no vayan de su mano, porque se trata de recaudar, no de buscar oportunidades para que las firmas españolas aumenten su negocio en el entorno estadounidense.

 Pero esta ausencia es también poco relevante por un aspecto menos subrayado, como es el hecho de que el presidente se encontrará con los jefes y los dueños de las grandes empresas españolas. Si Sánchez se reúne con Larry Fink, el CEO de Blackrock, principal accionista del Ibex y de empresas como Iberdrola o Santander, no necesita llevar consigo a los directivos nacionales; si te ves con los que mandan, no es preciso que te acompañen los lugartenientes.

La decadencia española

Sánchez intentará atraer inversiones, pero no solo de los grandes fondos. Sus reuniones con firmas como Netflix, Apple, HP, Intel o PayPal tienen como objetivo vender las nuevas iniciativas que ha puesto en marcha, como los fondos Next Tech, una apuesta por la unión de lo público y lo privado, que aporta muchas ventajas fiscales. 

El tercer plano, y por eso le acompañan varias 'startups', es encontrar financiación para las nuevas empresas, que suelen verse lastradas por la falta de capital español y europeo que apueste por ellas, un mal demasiado frecuente.

La visita es relevante, no obstante, en varios sentidos, ya que subraya la debilidad de la economía española, que carece de músculo para desarrollar por sí misma las potencialidades con las que cuenta, como bien se aprecia en el caso de las 'startups', incluso cuando hay aportación pública a través de los fondos de recuperación. Y el problema se agrava porque, al contrario que en otras épocas, la inversión extranjera es cada vez menos productiva y más extractiva.

Buena parte del dinero foráneo ha entrado en nuestro país no para impulsar nuevas iniciativas o para crear nuevas firmas o áreas de negocio, sino para comprar las existentes, como ha ocurrido con el aumento de participación de los fondos en las cotizadas o con las adquisiciones del 'private equity' de firmas nacionales. 

España está débil, lo poco que le queda es asequible para el capital internacional, y tras la crisis se puede comprar a precios bajos. En este escenario, se corre el peligro de que las iniciativas público-privadas, si no se tejen garantías suficientes, puedan consistir en atraer empresas que carecen del deseo de permanencia.

 Que Sánchez tenga que hacer este ‘roadshow’ más como CEO de España SA que como presidente del Gobierno de un país fuerte es un síntoma de cuál es nuestra posición en el mundo, y del lugar secundario al que hemos quedado relegados."             (Esteban Hernández, El Confidencial, 20/07/21)

 

"¿Qué es BlackRock? ¿Quién es Larry Fink?: Dueños del mundo, dueños de casi todo, desde la prensa a las vacunas.

 El presidente del Gobierno iniciaba esta semana una visita de tres días a Estados Unidos en la que se ha reunido con la élite empresarial del mundo, entre ellos se encuentra Larry Fink, CEO de BlackRock, «el amo del cortijo», el mayor gestor de fondos del mundo.

 En el ámbito nacional BlackRock representa una tremenda presencia en el capital de empresas del Ibex 35. En concreto, el fondo, posee entre un 3 y más de un 5% de hasta 19 empresas de las 35 que conforman el mercado bursátil del entramado español. 

 Debido a su representatividad sobre la banca, muchos analistas incluso denominan al fondo como «el dueño de la banca española» y es que posee el 5,426% del capital de las acciones de Banco Santander, el 5,917% de BBVA, el 3,33% de Bankinter, el 3,584% de CaixaBank y el 3,235% de Banco Sabadell.

 En La Sexta Clave anoche se analizaba el fondo, sobre el que aclaraban que su «poderío económico» representado económicamente superaría al «PIB de Alemania, Reino Unido o la India y casi el de los tres juntos», resultaría así «la tercera potencia del planeta, solamente superada por Estados Unidos y China».

Larry Fink «el dueño de casi todo»

«El dueño de casi todo», así definía Página 12 a Larry Fink y el medio no se quedaba corto en su síntesis.

 Larry Fink es un empresario y financiero estadounidense vinculado al partido demócrata (mostró su apoyo a Biden y lo definió como “la voz de la razón”).

Fink nació un 2 de noviembre de 1952 en Los Ángeles. Creció en una familia judía en Van Nuys, California. Obtuvo una licenciatura en Ciencia Políticas en la UCLA (Universidad de California Los Ángeles) en 1974. Dos años después recibió un MBA en Bienes Raíces en la UCLA Anderson Graduate School of Managmanet.

 El estallido de la burbuja inmobiliaria fue un impase en el que BlackRock, con Larry Fink a la cabeza, ya llevaba 20 años a sus espaldas, era un entramado consolidado que se beneficiaría de la «época de los fondos».

Desde entonces BlackRock no ha dejado de crecer, diversificando el mercado con inversiones en sectores estratégicos como lo son la sanidad privada, vivienda, residencias, bancos o medios de comunicación.

Para ejemplificar la magnitud del fondo en La Sexta mostraban el dato de que BlackRock se halla entrometida incluso en las vacunas del coronavirus, ya que adquirió un 7% de Pfizer, un 7’69% de AstraZeneca y un 4’09% de Moderna.

«BlackRock domina el presente y el futuro del mundo»

Con este poder acumulado, en La Vanguardia lo tienen claro, «BlackRock domina el presente y el futuro del mundo», escribía Xavier Mas.

BlackRock como explicábamos es la primera gestora de fondos del mundo, «es un gigante despierto que está cambiando el capitalismo. Le sobra fuerza para intentarlo. Gestiona 6,3 billones de dólares –5,3 billones de euros», añaden desde La Vanguardia.

Esto sin duda, resulta una monopolización absoluta del mercado. Es decir, concentra la riqueza en menos manos, que por otra parte supone el curso natural del capitalismo.

Por ello, desde organismos como la Comisión Europea teme, que tenga «un efecto pernicioso sobre la competencia que redunde en una mayor desigualdad». La hegemonía BlackRock, dice Xavier, «es un capitalismo que reescribe las reglas del contrato social».

Su poder es real, es tangible son hoy los principales accionistas en casi todas las grandes multinacionales, corporaciones del mundo y tienen la semilla del presente y del futuro, con una supremacía tan abrumadora que es imposible que sea domado por ninguna institución o país."             (Contrainformación, 23/07/21)

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