28.10.24

¿Cómo Estados Unidos quiere aislar a Alemania? El creciente déficit comercial de Alemania con China se debe en gran medida a que Alemania se está aislando del gas, el petróleo y otros productos rusos que alimentan su industria. La escalada de la Guerra Fría 2.0 ha provocado la contracción de la economía alemana... Europa no sólo se aísla de las materias primas extranjeras y las sustituye por importaciones procedentes de Estados Unidos, sino que también prohíbe la exportación de bienes de capital y maquinaria industrial en los que las empresas europeas han tenido una ventaja tecnológica y competitiva... Los abanderados estadounidenses de la Guerra Fría afirman que éstas (pero el argumento se aplica más o menos a todas las exportaciones) podrían utilizarse militarmente. Esta afirmación ha llevado a Europa a acceder a la exigencia estadounidense de sanciones... Lo que se echa notablemente en falta en el debate público es la cuestión de cómo perjudicará la nueva guerra fría al crecimiento europeo. En Alemania ya ha provocado una depresión industrial, ya que muchas de sus empresas químicas, siderúrgicas y de fertilizantes se ven obligadas a cerrar debido a las sanciones contra el gas ruso. Después de que Estados Unidos impusiera sanciones para destruir la economía alemana y otras economías europeas y cortar el comercio y la inversión con Rusia, los estrategas de la nueva guerra fría intentan ahora lograr la misma secesión económica con China... De tener éxito, las sanciones estadounidenses completarían el aislamiento de Alemania de sus dos socios comerciales más naturales... Si se ampliara el embargo contra China, la industria alemana ya no podría importar productos de alta tecnología de China y las empresas alemanas quedarían excluidas de las oportunidades de inversión en el mercado chino. Washington quiere decidir qué bienes puede suministrar China a Europa (Giubbe Rosse News)

 "Alemania debe subordinarse a Estados Unidos en su batalla contra China. Esto tendría consecuencias económicas devastadoras, afirma Michael Hudson, analista financiero y escritor, que ha trabajado para varios grandes bancos estadounidenses y fue director espiritual del movimiento Occupy Wall Street. Ya en 2006, Hudson advirtió del estallido de la burbuja especulativa en el mercado hipotecario estadounidense, que desencadenó la crisis financiera de 2008. Nada que no hayamos repetido en tres años, pero es estimulante ver que hoy en día incluso los principales analistas y los principales periódicos parecen haber llegado a las mismas conclusiones.

Título original: Erst Russland, dann China: Wie die USA Deutschland isolieren wollen, Michael Hudson, Berliner Zeitung, 28 de octubre de 2024

Los políticos alemanes han criticado a China por su superávit comercial cada vez más desequilibrado con Europa. La acusación es que es injusto que Europa sufra la «sobreproducción» china. Esto es jugar con la semántica. Toda exportación de cualquier producto a cualquier país es producción por encima de lo que se consume internamente. Eso es exactamente el comercio exterior.

 El creciente déficit comercial de Alemania con China se debe en gran medida a que Alemania se está aislando del gas, el petróleo y otros productos rusos que alimentan su industria. La escalada de la Guerra Fría 2.0 ha provocado la contracción de la economía alemana. Y su autoaislamiento se ve alimentado por la pretensión estadounidense de que todas las importaciones alemanas que compitan con el gas u otras materias primas estadounidenses deben considerarse una «agresión armada».

Europa no sólo se aísla de las materias primas extranjeras y las sustituye por importaciones procedentes de Estados Unidos, sino que también prohíbe la exportación de bienes de capital y maquinaria industrial en los que las empresas europeas han tenido una ventaja tecnológica y competitiva relacionada.

Cuando los funcionarios de la UE criticaron a China por su superávit comercial unilateral con Europa, Pekín respondió que hay muchos productos que le gustaría comprar pero que Europa no puede vender debido a las sanciones estadounidenses. Encabezan la lista las enormes (200 millones de dólares cada una) máquinas de litografía ultravioleta para grabar chips informáticos, producidas por la empresa holandesa ASML.

 Los abanderados estadounidenses de la Guerra Fría afirman que éstas (pero el argumento se aplica más o menos a todas las exportaciones) podrían utilizarse militarmente. Esta afirmación ha llevado a Europa a acceder a la exigencia estadounidense de sanciones. De este modo, Estados Unidos se prepara para una guerra contra China.

Lo que se echa notablemente en falta en el debate público es la cuestión de cómo perjudicará la nueva guerra fría al crecimiento europeo. En Alemania ya ha provocado una depresión industrial, ya que muchas de sus empresas químicas, siderúrgicas y de fertilizantes se ven obligadas a cerrar debido a las sanciones contra el gas ruso.

Después de que Estados Unidos impusiera sanciones para destruir la economía alemana y otras economías europeas y cortar el comercio y la inversión con Rusia, los estrategas de la nueva guerra fría intentan ahora lograr la misma secesión económica con China.

 De tener éxito, las sanciones estadounidenses completarían el aislamiento de Alemania de sus dos socios comerciales más naturales. Las exportaciones rusas de energía y materias primas a Europa han quedado cortadas y el mercado de ventas para las exportaciones industriales alemanas y las inversiones directas en Rusia ya no existe. Si se ampliara el embargo contra China, la industria alemana ya no podría importar productos de alta tecnología de China y las empresas alemanas quedarían excluidas de las oportunidades de inversión en el mercado chino.

Washington quiere decidir qué bienes puede suministrar China a Europa. Tanto Joe Biden como Donald Trump ven a China como un rival que supone una amenaza existencial para la supremacía estadounidense."                   

( Giubbe Rosse News, 28/10/24, traducción DEEPL)

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