"Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), los salarios reales han subido un 2,76% en los últimos 30 años (evitaremos comentar los irreales para no deprimirnos demasiado). El dato implica un grado de corrupción legalizada y cuantitativamente superior a los latrocinios perpetrados (supuestamente) por Santos Cerdán, Koldo García y Cristóbal Montoro, por referirnos solo a los últimos de los que tenemos noticia.
Significa que a los trabajadores españoles se les viene extrayendo desde hace tres décadas unas plusvalías muy superiores a los desfalcos cometidos por los partidos que han gobernado desde la Transición hasta ahora mismo. La noticia, prácticamente silenciada, debería haber producido un estupor infinito. Alguien debería haberse abierto las venas en la apertura de un telediario.
Pero se trata de un robo del que no ha dejado registro cámara de seguridad alguna. Los butroneros han actuado con una limpieza alucinante, han procedido como magos, nada por aquí, nada por allá. Y con la complicidad de todos los poderes, claro, de ahí el sigilo incluso con el que ha saltado la noticia en medio del verano de nuestro descontento. De ahí que no haya intervenido la Fiscalía, ni la Judicatura, ni la Guardia Civil. De ahí que no hayamos leído editoriales capaces de agitar los cimientos del sistema.
Los ricos son más ricos (mucho más), los pobres son más pobres (mucho más), con independencia de que quiénes hayan gobernado a lo largo de esos 30 años. La vida es así, no la he inventado yo. Ustedes, sufridos conciudadanos, confórmense con el espectáculo político de los miércoles. Tienen también el fútbol para desahogarse, y el tenis, y las series de la tele, muchas cosas, en fin.
Pero si la rabia crece, si la rabia rompe todos los diques de contención, voten a los partidos antisistema que, irónicamente, constituyen el tuétano del sistema. Todo está previsto, jajá. Jódanse, que diría Andrea Fabra."
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