"Ayer, el ex "terrorista" Al Jolani, quien volvió a su nombre real – Ahmed al-Shara – fue recibido por Dnald Trump en el Despacho Oval en calidad de presidente de la "nueva Siria", tras la huida de Assad.
Hace solo 11 meses, Al Jolani – ya en el sillón más alto de Damasco – todavía era perseguido con una recompensa de 10 millones de dólares otorgada precisamente por Estados Unidos, en su calidad de líder reconocido del ala siria de Al Qaeda, que había organizado por encargo de Al Baghdadi (luego asesinado en Irak).
Su nombre fue borrado de la lista oficial de "terroristas" hace solo unos días, cuando prácticamente estaba subiendo al avión para América (donde, por cierto, ya había estado sin problemas, hablando en la ONU).
Antes de ingresar a la Casa Blanca, como quiere la propaganda, Al Jolani también se hizo filmar fingiendo jugar baloncesto junto a los generales Brad Cooper (jefe del Comando Central de los Estados Unidos) y Kevin Lambert (comandante de la coalición internacional contra el ISIS en Irak), quienes durante años oficialmente lo habían "perseguido", pero en realidad lo habían abastecido y financiado – junto con Erdogan – como pilar de la desestabilización del régimen alauita, apoyado por Rusia.
La reunión parece confirmar los rumores de que se están llevando a cabo negociaciones entre Estados Unidos y Siria desde hace algún tiempo para establecer una presencia aérea en el Aeropuerto Internacional de Damasco, con el fin de ayudar a monitorear el corredor Israel-Siria. Evidente el beneficio mutuo: la fuerza aérea estadounidense gana una base importante y el nuevo régimen sirio cobra una póliza de seguro contra posibles nuevos ataques israelíes (Tel Aviv no sigue al pie de la letra la diplomacia estadounidense y continúa bombardeando a quien quiere).
Garantía de bailarina, por supuesto, como se demostró recientemente con el ataque israelí en Qatar, donde también hay una gran base estadounidense, poco antes del "alto el fuego" en Gaza, en el fallido intento de eliminar a la delegación de Hamás en las negociaciones (una especialidad exclusiva de los sionistas: eliminar a aquellos con quienes se está discutiendo la "paz").
Las fotos del encuentro, en cualquier caso, demuestran que la definición de "terrorista" siempre ha sido una etiqueta altamente elástica, para ser aplicada – o retirada – a los "enemigos". Luego, cuando por alguna razón, vuelven a ser "aliados"... olvidémonos del pasado.
Basta recordar que Al Qaeda – fundada por Osama Bin Laden con financiación saudí y estadounidense para llevar a cabo la guerra antisoviética en Afganistán – se convirtió en un momento dado en el "enemigo existencial" de Washington y Occidente, justificando así la intervención militar en Afganistán (durante veinte años, hasta la ignominiosa huida de Kabul) y en muchos otros países musulmanes.
Pero nada es para siempre. Escuchar a los cronistas italiotas llamar ahora a la experiencia pasada de Al Jolani como la de un "guerrillero", no tiene precio..."
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