“Los países ricos dan 100 días de plazo a la banca para revelar sus pérdidas.
Los ministros de Finanzas de todo el mundo se han dado cita este fin de semana en Washington para dar una solución a las turbulencias financieras y su reverso más sombrío, la crisis alimentaria internacional. La respuesta es un cambio de reglas del capitalismo. Más regulación en los mercados, más supervisión que ejerza de cortafuegos para futuros terremotos; en definitiva, el final de la barra libre de años marcados por la desregulación.
Malas noticias para los bancos, enemigos declarados de los controles regulatorios. Y hay más: el G-7 lanza un ultimátum de 100 días para que la banca revele en sus resultados la profundidad del agujero, que siembra dudas sobre la transparencia y la confianza del sistema.
La gran banca internacional está en el ojo del huracán. A lo largo de esta semana ha entonado un desacostumbrado mea culpa -a través del Instituto de Finanzas Internacionales, una suerte de lobby del sector-, asumiendo los errores que remiten directamente al estallido de las hipotecas tóxicas en EE UU el pasado verano. El G-7 se reunió el viernes con los primeros espadas financieros del mundo: Deutsche Bank, Citigroup, Barclays, Morgan Stanley, Lehman Brothers; los grandes nombres, en fin. El mensaje fue nítido: "Los bancos deben revelar rápida y completamente su exposición al riesgo, la depreciación de activos y sus estimaciones de pérdidas", explicó el presidente del Banco Central Europeo, el francés Jean-Claude Trichet, en una fugaz aparición ante la prensa.
Las crisis suelen conllevar cambios regulatorios. Esta vez no será diferente, a pesar de que se dan por descontadas las resistencias de la banca. Al ultimátum a los bancos se añade una revisión a fondo de la normativa bancaria y financiera. Más transparencia y mejor gestión de riesgos. Y planes para presionar a las entidades para que refuercen su capital ante los enormes riesgos que han asumido. En total, 65 propuestas para modificar radicalmente el panorama del sector financiero.” (El País, ed. Galicia, economía, 13/04/2008, p. 34)
No hay comentarios:
Publicar un comentario