"(...) A mi juicio, la clave para entender lo que está pasando con el
Covid-19 es pasar del nivel de individuo al nivel de epidemia, que la
que la sufre es la sociedad.
Entiendo vuestro asombro porque estoy de acuerdo en que no se dice
por qué se toman estas medidas tan inhabituales, y, de verdad, no
entiendo por qué no se dice. En breve, para quien no quiera leer más: se
toman estas medidas no solo para protegernos a cada uno de nosotros,
sino especialmente para proteger a los vulnerables y especialmente a los
que nos curan, para que los sanitarios no se saturen ni enfermen en
masa y puedan curarnos a todos.
Entiendo también que no se quiera
alarmar a la población para que no acudan innecesariamente al médico.
Aún así, como vosotros, echo de menos una explicación de las medidas
drásticas.
Algunos puntos para entenderlo, en mi humilde opinión:
Primero, la mortalidad parece ser algo superior que la de la gripe,
pero el grupo más vulnerable es parecido y hablar como de gripe no es
alejarse mucho de lo que es. La gripe, por cierto, no es tan banal como
nos creemos. Cada año mueren 6.300 españoles de gripe.(...)
PERO: (y no quiero alarmar): a nivel colectivo hay varias diferencias
que justifican este cuidado, estas cuarentenas, este impacto social y
económico. Es lo que es el contenido completo de la palabra epidemia:
que el impacto es a nivel colectivo, de sociedad, no solo individual. (...)
Es bastante más contagioso que la gripe, entre otras cosas quizás
porque mal que bien contra la gripe tenemos algo de inmunidad pasada,
pero frente a este virus estamos totalmente inermes, naive.
De gripe se enferma (o sea, con síntomas como para ir al médico) un
1% de la población cada año en la temporada de invierno. Lo que quiere
decir que a lo mejor no sabemos lo que es una gripe en nuestra vida –
puede que no nos toque más de una en 100 años – a no confundir una buena
gripe con otras infecciones más leves con síntomas muy parecidos. Y se
hospitalizan cada año unos 30.000.
De coronavirus nos podemos infectar, teóricamente y sin cuarentenas
ni barreras, un 100% de la población en unos pocos meses, en el peor de
los casos. Bueno, solo un 20-25% tendrán síntomas, en el peor de los
casos.
El 1% de gripe anual en invierno es lo que absorbe el sistema
sanitario, que llega en esos meses a sus niveles máximos de saturación.
No podemos permitirnos la libre circulación del coronavirus porque
enfermaría (grave o crítico) un 17% de la población (datos de China
actuales), número de pacientes que es inabsorbible por el sistema
sanitario.
Por tanto hacen falta cuarentenas, trazado de contactos, y cualquier
medida que logre reducir la velocidad a la que, lentamente, nos iremos
contagiando casi todos. Hay que ganar todo el tiempo posible para que la
infección de todos tarde ojalá que 100 años. Hay que ganar tiempo para
que haya una vacuna o un tratamiento. Hay que ganar tiempo a ver si hay
suerte y se atenúa en verano. O desaparece, como el SARS con medidas de
contención parecidas a las actuales. Hay que ganar tiempo para que haya
un antiviral. Hay que ganar tiempo a ver si vivo más y no me muero
precozmente.
Pero, sobre todo, hace falta que nuestro sistema sanitario no
colapse. Porque es una enfermedad que, con asistencia sanitaria, es
mucho menos dañina y mucho menos mortal que sin ella: oxígeno,
hidratación, antipiréticos, antiinflamatorios, antibióticos si se
complica, soporte vital… – lo saben los médicos para las demás
neumonías, pero quizás este virus tiene patologías y secuelas propias.
En China, en la “zona cero” la mortalidad ha sido entre 8 y 30 veces
mayor que en otras provincias de China.
Porque hay que frenar la epidemia, está protocolizado que los
sanitarios se pongan en cuarentena cuando han estado expuestos sin
saberlo y sin protegerse a un enfermo. Esto se hace ya para neumonías,
sarampión, por ejemplo, y también ahora para coronavirus. Si ellos se
infectan, aunque sea levemente, y se tienen que poner en cuarentena,
para evitar contagiar a su vez a pacientes muy vulnerables, van bajando
los recursos humanos sanitarios.
Porque hay que frenar la epidemia, está protocolizado que los
enfermos sean aislados, en hospital o en casa según la gravedad y según
los recursos disponibles. Pero de esta manera, con las medidas
necesarias de aislamiento, no podrán ni siquiera atendernos si llega a
enfermar el 1% de la población en unos meses, si llega a ser el nivel
habitual que alcanza la gripe en invierno, ni si llega a ser un año de
gripe duro.
Lombardía ha llegado este fin de semana pasado del día
internacional de la mujer a niveles cercanos a la emergencia sanitaria
con unos 350 casos por millón de habitantes, muy lejos del 1% (que son
10.000 casos por millón). Por eso ha sido necesaria la adopción de
medidas drásticas de circulación de las personas.
Y la Sanidad italiana
es la quinta del mundo, con la española la tercera, con todas sus
deficiencias y sus grandezas que conocemos, En Hubei han llegado a un
máximo de 1.200 casos/millón. Por eso han tenido que construir 16
hospitales en pocos días y reclutar a decenas de miles de sanitarios de
otras provincias.
Hay que frenar la epidemia porque la observación de Italia, de
España, nos muestra que cada semana o diez días se multiplica el número
de casos por 10. Haced números a corto plazo, estimad cómo llegamos tan
solo a fin de mes si seguimos reticentes a adoptar o seguir las medidas
recomendadas.
Por eso hay que respetar todas las medidas de contención, de
cuarentena, de aislamiento que nos recomienden las autoridades
sanitarias.
Por eso, además de seguir a rajatabla todas las medidas recomendadas,
hay que tener sensatez y autolimitarse los contactos. Porque lo que está
en cuestión no es solo si me infecto yo o no, sino sobre todo si yo
puedo infectar o no a otras personas, justo lo contrario. Recordad, es
una epidemia. Por eso, cancelar congresos de sanitarios. Por eso, evitar
viajes innecesarios y en los que estemos expuestos y exponiendo a mucha
gente de orígenes diversos.
Por eso, evitar multitudes y reuniones
grandes. Por eso, cuando te cierran la empresa porque hay un caso de
coronavirus en tu departamento, no hay que irse a tomar una copa o a
visitar a tu madre o a hacer la compra en un momentito: te envían a casa
no para protegerte a ti, que estás fuertote, joven y sano, sino para
que no seas un vehículo de contagio que podría llevar a la muerte a
personas más vulnerables en un par de saltos de contagio, e incluso a ti
si inopinadamente sufres una apendicitis y no te pueden curar. (...)
Ojala que en un futuro se convierta tan solo en una enfermedad
estacional como la gripe y las múltiples infecciones respiratorias que
sufrimos regularmente. Pero para llegar a ello tenemos que pasar por la
oleada de la epidemia. Y tiene que ser lo más lentamente posible. Hay
que ganar tiempo, cualquier retraso en la diseminación del virus y la
extensión de la epidemia es importante. Sí, es posible hacerlo y los
retrasos están en las manos de todos (nunca mejor dicho, lávatelas)
incluso con medidas sencillas, (...)
La responsabilidad no es solo no sentir pánico, que también, sino pensar
en los demás, que suelen ser, siempre, los más cercanos."
(Marga del Val – Centro de Biología Molecular “Severo Ochoa” (CSBMO-CSIC-UAM), Sociología Crítica, 11/023/20)
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