26.6.08

Más impuestos a las clases altísimas, y menos a las empresas tecnológicas

"Los ingresos reales de las clases medias en Estados Unidos jamás han vuelto a alcanzar el nivel que tenían antes de la última recesión económica en este país, la de 1991. (...)

Cuando fue elegido presidente, George Bush declaró que las rebajas fiscales para los ricos remediarían todos los males de la economía norteamericana. Esas rebajas fiscales impulsarían un crecimiento cuyos beneficios llegarían a todos; una medida económica ésta que se ha puesto de moda en Europa y otras partes del mundo, pero que en Estados Unidos fue un fracaso. Se suponía que las rebajas fiscales estimularían el ahorro, pero el ahorro doméstico descendió en picado. Se decía también que fomentarían el empleo, pero la tasa de actividad es hoy menor que en la década de 1990. Y si hubo algún tipo de crecimiento, éste sólo benefició a las clases más privilegiadas. (...)

El sector financiero no logró crear productos que ayudaran a la gente de la calle a controlar los riesgos a los que se enfrentaban, entre ellos el de la compra de una vivienda. Ahora millones de estadounidenses tienen un alto índice de probabilidades de perder su casa, y con ella los ahorros de toda su vida.

La verdadera clave del éxito económico de Estados Unidos es la tecnología, simbolizada en Silicon Valley. La ironía radica en el hecho de que los científicos a quienes se deben los avances que facilitaron un crecimiento basado en la tecnología y las empresas quearriesgaron el capital para financiarlo no fueron quienes se llevaron las mayores recompensas económicas en el momento álgido de la burbuja inmobiliaria. Los juegos financieros que absorben la mayor parte de la participación en los mercados eclipsan esas inversiones reales.

El mundo tiene que pensar en nuevas fuentes de crecimiento. Si se quiere basar el crecimiento económico en los avances científicos y tecnológicos, y no en la especulación inmobiliaria o financiera, habrá que reajustar los sistemas fiscales. ¿Por qué a quienes obtienen sus ingresos apostando en los casinos de Wall Street se les grava con un tipo impositivo más bajo que a quienes ganan su dinero de otras maneras? Las ganancias del capital deberían estar gravadas al menos con el mismo tipo impositivo que los ingresos ordinarios. (En cualquier caso, los rendimientos del capital gozan de un gran beneficio, pues no se gravan hasta que no se realiza la ganancia). Además, se debería aplicar un impuesto sobre beneficios extraordinarios a las compañías de gas y petróleo. (...)

Dos factores desencadenaron la crisis actual: la guerra de Irak impulsó la escalada de los precios del petróleo... la aparición de los biocombustibles hace que los mercados agroalimentario y energético estén cada vez más imbricados... Los inmensos subsidios que Estados Unidos y la Unión Europea han venido otorgando a sus agriculturas han debilitado a las de los países en vías de desarrollo. (...)

Sólo modificando los patrones de consumo y de producción -con un nuevo modelo económico, en realidad- podremos hacer frente al problema prioritario de los recursos básicos." (JOSEPH E. STIGLITZ: Todo el mundo busca recetas contra la crisis. El País, ed. Galicia, Opinión, 25/06/2008, p. 31/2)

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