"Un estudio confirma que los enfermos de covid leves en Madrid fueron hospitalizados y los graves murieron en las residencias.
Sabíamos que los mayores más vulnerables a la covid fueron los últimos de la fila en la Comunidad de Madrid en marzo y abril de 2020, cuando los hospitales públicos siguieron el protocolo que dictó el Gobierno regional. Ahora, un estudio científico muestra la consecuencia de esa política: en la región de Madrid la tasa de mortalidad de mayores que fueron hospitalizados es menor a la tasa de fallecimientos en las residencias; en el resto de comunidades ocurre lo contrario. La investigación, liderada por la epidemióloga María Victoria Zunzunegui y publicada en la revista internacional Epidemiología, argumenta que lo esperable es esta segunda situación porque los hospitales deberían hospitalizar a pacientes con síntomas graves, y, por tanto, con mayor riesgo de morir. Los datos del estudio exponen un claro contraste entre el caso madrileño y el de otras comunidades, donde los triajes no dieron un portazo a amplias categorías de enfermos provenientes de residencias, los postrados en camas o en sillas de ruedas.
Los autores afirman que el triaje hospitalario debería ser una decisión médica basada en el estado clínico de cada paciente, pero en Madrid los geriatras de hospitales siguieron las directrices regionales sin ver a los enfermos en persona. “Los protocolos dictados por el Gobierno de la Comunidad de Madrid no se basaban en principios de salud pública dirigidos a proteger a las poblaciones más vulnerables y con mayor riesgo de muerte, ni tampoco en una valoración clínica cara a cara basada en la severidad de las infecciones de covid-19″, dice la investigación.
La mortalidad por covid en los residentes que no fueron hospitalizados superó el 40% en la Comunidad de Madrid, mientras que en otras autonomías osciló entre el 7,7% y el 25,9%, según el estudio, que se basa en una revisión de los datos publicados hasta ahora en 13 análisis científicos de distintos territorios españoles. En Galicia, por ejemplo, la mortalidad en los hospitales fue del 62,7%, cinco veces mayor que en las residencias, donde murió el 12,5% de los enfermos de covid. Sin embargo, en Madrid falleció un 42,5% de los enfermos hospitalizados y un 46,7% de los no hospitalizados, de acuerdo con uno de los estudios, con cifras del hospital Infanta Sofía (San Sebastián de los Reyes). En otra investigación, con datos del Hospital Ramón y Cajal, murió el 27,8% en el hospital y el 40,8% en las residencias.
En total, entre marzo y abril de 2020 murieron 9.468 mayores que vivían en las 470 residencias madrileñas activas (donde había 51.983 plazas): 7.290 de esos fallecimientos se produjeron en residencias y solo 2.178 en el hospital.
La autora principal, profesora de Salud Pública en la Universidad de Montreal (Canadá), ha publicado desde la pandemia cuatro estudios sobre la mortalidad en residencias en España. Lamenta en conversación con este periódico que en Madrid no se haya producido una rendición de cuentas por lo sucedido en marzo y abril de 2020. “Aquí hubo una serie de decisiones políticas desde el primer muerto en una residencia, el 3 de marzo de 2020, que llevaron a ese caos, y los ejecutores de esas decisiones políticas fueron los geriatras de hospital”, dice Zunzunegui.
La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, ha intentado tapar lo ocurrido con una serie de declaraciones que mezclan bulos como la negación de los protocolos, con falsas equivalencias, como que la pandemia golpeó por igual a las residencias de “todas las comunidades y países”. Sin embargo, como muestra este estudio y otras evidencias, la situación en Madrid fue anómala.
Los intentos de las familias de los fallecidos en Madrid por obtener justicia han sido en vano. Jueces y fiscales han dado carpetazo a decenas de investigaciones y casi todas las que aún están activas han puesto el foco en personas que se encontraban en lo más bajo de la cadena de responsabilidad, como el personal de las residencias.
Un dato llamativo es que, a pesar de los protocolos, Madrid tiene una tasa muy alta de hospitalizaciones en los dos estudios analizados, el del Ramón y Cajal y el del Infanta Sofía. Esa ha sido una defensa de la presidenta Isabel Díaz Ayuso, que en la Asamblea de Madrid mostró unos rollos de papel con miles de traslados.
Una posible explicación que dan los autores es que conforme se alejó el escenario de colapso hospitalario a partir de la segunda semana de abril de 2020, los geriatras relajaron el cierre de los hospitales a los enfermos de residencias. Este fenómeno se observa al comparar los estudios de los dos hospitales madrileños: el del Infanta Sofía, cuyos datos se extienden hasta junio, tiene una tasa de hospitalización mucho mayor que el del Ramón y Cajal, que finalizó el 30 de abril. Un estudio de datos oficiales del medio InfoLibre también mostró esa relajación de los protocolos a partir de la segunda semana de abril." (Fernando Peinado, El País, 13/06/23)
"Los mayores de Madrid que vivían en residencias sufrieron más que nadie los estragos de la pandemia de covid en los meses de marzo y abril de 2020. Una recopilación de 13 estudios –dos de ellos dedicados a Madrid– que analizan lo ocurrido durante la primera ola de la pandemia publicada este martes demuestra que en la Comunidad de Madrid murieron más ancianos por covid en las residencias que en los hospitales y que la mortalidad entre los mayores residentes de Madrid fue mayor que en cualquier otra comunidad autónoma de España.
En esa primera ola de la pandemia, las residencias y los hospitales públicos madrileños siguieron al pie de la letra el protocolo del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso que prohibía la derivación de los ancianos a los hospitales por muy graves que estuvieran.
Los otros once estudios fueron realizados en Andalucía, Aragón, Catalunya, Castilla-La Mancha, País Valencià, Galicia, Navarra y País Vasco.
El trabajo de recopilación, realizado por un equipo liderado por la epidemióloga María Victoria Zunzunegui y publicado en la revista internacional Epidemiología, demuestra que la mortalidad por covid en marzo y abril de 2020 entre los mayores que vivían en residencias y que no fueron hospitalizados superó el 40% en la Comunidad de Madrid –entre el 40,8% y el 46,7%, según los dos estudios dedicados a Madrid–, mientras que en otras comunidades autónomas ese porcentaje osciló entre el 7,7% y el 25,9%.
Mientras, la tasa de mortalidad entre los residentes que sí fueron hospitalizados fue más bajo: ente el 27,7% y 42,5%, según esos dos mismos estudios sobre la Comunidad de Madrid. En otras comunidades autónomas ese porcentaje se movió en un rango entre 26,9% y 66,6%.
Estos datos demuestran lo que ya se sabe hace tiempo: los enfermos más graves en Madrid no fueron derivados a un hospital, mientras que los leves sí lo fueron en mayor medida. En este sentido, María Victoria Zunzunegui y su equipo apuntan que lo normal es que la mortalidad de los residentes hospitalizados por covid sea mayor que la de los residentes que no son hospitalizados ya que, generalmente, los pacientes con síntomas graves tienen mayor riesgo de morir y por ello son hospitalizados, mientras que los pacientes con enfermedad leve pueden permanecer en su hogar. En Madrid los resultados son contrarios a lo esperado.
Además, independientemente del lugar de defunción, la mortalidad por covid en los dos estudios de Madrid fue la más elevada: 36,8% y 44,8%. El rango de valores de mortalidad por covid en los estudios realizados fuera de Madrid estuvo entre el 16,2% y el 32,2%.
Los autores concluyen que "en la Comunidad de Madrid no se permitió la derivación al hospital de muchos de los casos más graves que podrían haberse beneficiado de la atención hospitalaria, sino que se envió al hospital a aquellos con un mejor estado funcional".
"En la Comunidad de Madrid se aplicó el protocolo de exclusión de atención hospitalaria del Gobierno de la Comunidad de Madrid a la población adulta mayor con discapacidad moderada y severa que vivía en las residencias de personas mayores", señalan. Todo ello, según añaden, a pesar de que "había alternativas ya que se disponía de camas en los hospitales privados y en el hospital de campaña en IFEMA". (...)" (Público, 13/06/23)
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